La reforma del Código Penal, por la que se podrá penar con cárcel la convocatoria de un referéndum ilegal, ya es un hecho. La mayoría absoluta del PP se ha impuesto con más polémica que nunca. La oposición en bloque rechazó votar la medida, levantó sus brazos en lugar de apretar los botones de sus escaños y entre gritos de «manos arriba, esto es un atraco», todos los partidos denunciaron el «fraude» que ha cometido el Gobierno por el modo en que ha impuesto la reforma.
El PP respaldó en solitario la reforma. La oposición en bloque se negó a participar en esta votación. IU mostró una pancarta con el lema «todos a la cárcel» y los parlamentarios de todos los grupos levantaron sus manos para dejar claro que no iban a tomar parte en la aprobación de una reforma que tiene como único objetivo frenar el Plan Ibarretxe, aunque desde el Gobierno también se ha esgrimido para usarla en un hipotético futuro contra el nuevo presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.
En el debate previo, en el que finalmente participaron todos los grupos, la crítica al Gobierno fue una constante. El secretario de Libertades Públicas del PSOE, Juan Fernando López Aguilar, aseguró que esta iniciativa es «una degradación parlamentaria», «un atropello», una «berlusconización inaceptable», un «esperpento legislativo» y «un ejemplo de cómo no se legisla». «¿Han pensado alguna vez a cuánta gente quieren meter en la cárcel y si las prisiones van a dar abasto?», preguntó a los populares.