Pasqual Maragall fue investido ayer presidente de la Generalitat en la primera votación. La mayoría absoluta que forma su coalición de Gobierno con ERC e ICV fue suficiente para superar el rechazo de CiU y PP. En el debate, el líder nacionalista, Artur Mas, aseguró que su federación marcará el nivel de ambición del nuevo Estatuto. Maragall, en su réplica, dijo que le «resbalan» las «ofensas» de los convergentes. El portavoz del PP, Josep Piqué, auguró «más impuestos y más sectarismo» durante el Gobierno de Maragall, y el nuevo presidente le contestó ofreciendo a los populares participar en la redacción del nuevo Estatuto, pese a que el PP rechaza el proyecto.
El presidente del Parlamento catalán, el republicano Ernest Benach, anunciaba el resultado de la votación, que se hizo en voz alta. En total, 74 votos a favor, los de los parlamentarios de PSC, ERC e ICV, y 61 en contra, los de CiU y PP. Mayoría absoluta para el nuevo presidente y, por tanto, votación ganada por el tripartito, sin necesidad de tener que recurrir a una segunda vuelta.
Tras recibir el apoyo de la Cámara, Maragall dijo asumir el cargo «sin euforias ni autocomplacencias» y con la única intención de «constatar que se abre un periodo nuevo». «Me emplearé de todo corazón.Quiero ser el presidente de todos y lo seré», dijo, aunque reconoció el «punto de tristeza de la minoría». «Ustedes han conducido el barco hasta aquí, quizá no como queríamos, pero sí con gran dignidad», explicó. Tuvo palabras de agradecimiento para su propio grupo parlamentario, al que le reconoció «la más difícil de las virtudes, la fe». Reconoció también el papel «clave» de ERC y su «respeto y admiración» hacia ICV.
El portavoz e CiU, Artur Mas, aseguró que su formación «marcará el nivel de ambición» de la reforma estatutaria que debe impulsar el Parlamento en esta legislatura y anunció que será «beligerante si el PSOE no cumple su compromiso explícito de apoyar punto por punto lo que salga» de la Cámara autonómica. «Si el PSOE no apoya, nos oirán», dijo.