En su informe de otoño sobre España, el Fondo afirma que «existen por el momento pocos indicios» sobre la ralentización de estos factores, aunque reseña que el consenso generalizado apunta «hacia un ajuste gradual» y a que no se producirá un choque «de magnitudes preocupantes».
El vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato, incidió en que la «hipótesis central» de la mayoría de organismos es que se producirá una «corrección moderada de los precios».
El Fondo insiste en la necesidad de mejorar el funcionamiento del mercado inmobiliario y reclama un pacto político tras las elecciones de marzo para promover la transparencia y reducir la incertidumbre en el proceso de urbanización.
Ve improbable que las medidas de fomento del alquiler tengan un gran impacto, debido a «las muy generosas» deducciones fiscales a la compra y recomienda revisar este elemento distorsionador. El Fondo apunta, a la «fuente de vulnerabilidad» que representa el predominio del tipo variable en los préstamos hipotecarios, aunque matiza que el nivel de impagos se mantiene bajo.
Respecto a la coyuntura económica, el informe valora que, durante la desaceleración mundial de los últimos tres años, el crecimiento en España se ha mostrado «resistente y extraordinariamente rico en creación de empleo». Aconseja, no obstante, equilibrar el patrón de crecimiento para hacer frente a los riesgos derivados del persistente diferencial de inflación y del creciente endeudamiento de los hogares.