El general de Intendencia en la reserva del Ejército español José Luis González Arribas, padre de uno de los militares fallecidos en el accidente del Yakolev 42 que se estrelló en Turquía el 26 de mayo pasado, ha remitido una carta al ministro de Defensa, Federico Trillo, en la que le acusa de incompetencia, prepotencia, de no hacer nada porque se sepa la verdad y de llegar a «alimentar» el dolor de las familias. En la carta, a la que tuvo acceso la Ser, el general González Arribas explica que ha tardado en decidir remitir y hacer pública la carta por respeto a su hijo, el capitán Ignacio González Castilla, que siempre ejerció su labor con discreción, según su padre. Tras calificar de «decepcionante» la labor de las autoridades españolas, el general afirma: «Sólo hemos recibido de ustedes palabras inconvenientes, malos gestos y descalificaciones hacia las familias, promesas incumplidas, informaciones contradictorias, ocultación de datos. Usted, señor ministro, dice que 'comparte nuestro dolor', pero llego a pensar, que es usted mismo quien lo alimenta».
Por ello, el general concluye que el Ejército español «no se merece responsables políticos tan incompetentes, que actúan desde la prepotencia y que no asumen sus responsabilidades». «No sólo pido que se sepa cuanto antes la verdad, algo que, desde luego, no se sabrá gracias a ustedes. Desde aquí les solicito que, al menos, no obstaculicen cualquier investigación que se inicie y, sobre todo, que asuman públicamente su incompetencia. Sólo de esta forma podremos decir que los responsables políticos están a la altura que el Ejército español se merece», añade el general de Intendencia, quien concluye con un «por la obediencia debida, a sus órdenes».
Por su parte, la madre del capitán González Castilla ha remitido a los medios de comunicación otra misiva en la que ensalza la entrega de los militares fallecidos e incide en el dolor de las familias. «Estamos cansados de que con tanta mentira se haya pretendido construir un muro de olvido y desesperanza. Cada día una nueva noticia que no permite cicatrizar una herida incurable, una nueva evidencia de que nada es como se nos ha dicho, una nueva puñalada en nuestro corazón y en su recuerdo, sin un momento de respiro, de reposo, de descanso. A continuación, pide: 'Dadme al menos el consuelo de la verdad, dejadme conocer la razón de la que nace mi dolor, no me castiguéis más con vuestra dejadez y vuestra indiferencia, dejad de fabricar más mentiras, no jugueis ni hagais política con mis sentimientos, porque mi dolor es algo real, angustiosa y terriblemente real y no un puñado de palabras en un discurso'».