ETA ha vuelto a hablar. Y lo ha hecho por medio de un comunicado en el que critica con dureza a Aralar, Abertzaleeen Batasuna (formaciones escindidas de Batasuna) y otros colectivos abertzales y nacionalistas, por exigir a la banda terrorista una tregua. Arnaldo Otegi, portavoz de Batasuna, aseguró que su formación no pedirá ese alto el fuego a ETA porque no permitiría avanzar en la consecución del derecho de autodeterminación. El motivo de las críticas a ETA es el manifiesto que Aralar, Abertzaleeen Batasuna, Zutik, Baztarre y EA firmaron el pasado 25 de marzo en el que exigían a la banda una tregua inmediata e indefinida, además de comprometerse a impulsar un proceso de soberanía sin violencia para superar el actual marco jurídico.
Para ETA, estos colectivos son un «frente anti-Batasuna» que ayuda «a los enemigos de Euskal Herria», lo que supone «una situación totalmente denunciable, dolorosa y que no se conocía desde hace tiempo entre los abertzales de izquierdas en este día de unión», el Aberri Eguna. La banda terrorista también critica la firma de esta manifiesto justo «cuando los Estados español y francés están llevando a cabo una lucha contra los ciudadanos y organizaciones que luchan por la defensa de Euskal Herria».
Aralar, Baztarre y Zutik respondieron inmediatamente a ETA. El portavoz del primer partido, Patxi Zabaleta, aseguró que «la inmensa mayoría de las gentes de este pueblo, y específicamente una mayoría de la izquierda abertzale, nos demanda que nos ratifiquemos. Baztarre pidió a ETA que reflexiones si su estrategia «no degrada la causa de la izquierda y del vasquismo», mientras que Zutik anunció su intención de perseverar en su línea actual, de crítica al Estado por «negar cualquier vía de salida al actual conflicto político», pero también denunciando la «directísima» responsabilidad de la banda terrorista. Y es que una tregua de ETA parece cada vez más imposible. En su anterior comunicado, la banda ya rechazaba esta posibilidad, y la principal formación abertzale, Batasuna, tampoco se lo pedirá.
Otegui aseguró que la banda tiene «derecho legítimo» a replicar a las organizaciones que firmaron el manifiesto, porque así se lo pedían. En este sentido, aseguró que él prefiere quedarse con «la parte positiva» del texto, su reivindicación del derecho de autodeterminación, y abogó por iniciar un proceso político de diálogo porque «la experiencia histórica de hace tres años (el pacto de Estella) nos demuestra que un cambio de escenario se construye desde un debate sereno y serio». El secretario general del PSE, Patxi López, lo ve de forma opuesta. Según dijo, ETA es una banda «de esquizofrénicos y paranoicos», porque cree que «todo el mundo es enemigo de Euskal Herria, cuando todos saben que el único enemigo de este país es la propia organización terrorista».
El único comunicado, dijo, que debería hacer ETA, es el anuncio del abandono de las armas. Coincidió con López el secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, que dijo que el único comunicado que espera es el de su disolución. Además, precisó que «sería un sarcasmo que en un comunicado donde ETA se proclama autora de asesinatos y atentados pudiese haber un margen para el análisis político de sus problemas». En el comunicado, ETA asume además once atentados: el asesinato del concejal del PSE en Orio Juan Priede; los atentados contra los socialistas Eduardo Madina y Esther Cabezudo; el coche bomba colocado en Bilbao y la bomba ubicada en la Bolsa de la capital vizcaína; los paquetes bomba que envió la banda a tres responsables de medios de comunicación en Euskadi; y los ataques contra empresas, entre ellas Telefónica.