El portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, aseguró ayer que «entre los socialistas, salvo injerencias exteriores, jamás se da la guerra», negó que haya habido «cacería alguna» contra Nicolás Redondo Terreros y garantizó que la dirección federal no va a interferir en el Congreso extraordinario del PSE. Redondo, por su parte, se mostró «sorprendido» por la polémica desatada tras conocerse su entrevista del verano pasado con José María Aznar, insistió en que «personas del partido» quieren crear «un conflicto fuerte y duro» y denunció que esos mismos dirigentes tratan de «perturbar» su periodo de reflexión para decidir si finalmente se presenta a la reelección.
Veinticuatro horas después de que se conociese la entrevista que mantuvieron el pasado verano Aznar, Redondo, su padre y Enrique Múgica en La Moncloa, el portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera, se remitió a las declaraciones del martes del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y dijo que es «normal» que pueda haber este tipo de encuentros. Caldera recordó que el propio Redondo ha indicado que esa reunión fue para hablar de la situación en el País Vasco «y eso creo no tiene que ver con cacería alguna».
Según Jesús Caldera, el secretario general del PSOE, que se reunió ayer con el presidente de la Gestora, Ramón Jáuregui, quiere garantizar un congreso de los socialistas en Euskadi con «plena libertad para sus militantes», por eso «no interferimos en absoluto en las decisiones de estos militantes, salvo para garantizar ese clima de libertad y de autonomía total». «Ellos son los que en un momento difícil tienen que tomar una decisión y tenemos que respetar su autonomía», concretó Caldera, quien dijo que también hay que respetar el derecho de todos los militantes a «pronunciarse». Además, señaló que a la dirección no le incomoda que Redondo vuelva a presentarse porque los militantes tienen todo el derecho a optar al liderazgo del PSE.
Redondo Terreros, que sigue reflexionando sobre la posibilidad de presentarse o no a la reelección, coincidió con Caldera en que Zapatero ha dicho que no tiene intención de «entrometerse» en el proceso de elección de la nueva dirección del PSE. Redondo aseguró que «los que tienen que solucionar los problemas de los socialistas vascos son los socialistas vascos», y añadió que «si las cosas van como tienen que ir, no habrá ningún problema» en el congreso. Agregó que quienes han originado esta polémica van «directamente a por mi y a por lo que represento.
En apoyo de Nicolás Redondo se expresó el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, quien afirmó que «en democracia se puede comer y hablar con quien se desee». También el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, manifestó que Redondo sufre un ataque «desmesurado e injusto». El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, preguntó a Redondo Terreros si «entró de rodillas» en la Moncloa para entrevistarse con Aznar, al que acusó de intentar «romper la cohesión» en el País Vasco «alimentando la bicha de la separación». El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, cree que la filtración es una «irresponsabilidad» cargada «de intencionalidad».