Ya hay lehendakari, aunque hubo que esperar a la segunda votación, en la que sólo era necesaria la mayoría simple. En ésta, Ibarretxe logró el apoyo de 35 parlamentarios, los PNV-EA y los de IU-EB, la sorpresa de la votación, ya que el miércoles no apoyaron al candidato nacionalista. Los representantes de Partido Popular y PSE, como estaba previsto, votaron en blanco, mientras que los siete parlamentarios de Batasuna, aunque acudieron también a la segunda jornada del pleno de investidura, no participaron en la votación.
El presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, dio entonces por iniciada la VII legislatura en el País Vasco, casi dos meses después de las elecciones autonómicas. El propio Atutxa se desplazará hoy al Palacio de la Zarzuela para comunicar al Rey la elección de Ibarretxe, quien jurará el cargo el próximo sábado en la Casa de juntas de Gernika, horas antes de que anuncie la composición del nuevo Gobierno.
El apoyo de IU-EB ha abierto nuevas posibilidades al próximo Ejecutivo. Javier Madrazo anunció que las negociaciones con los nacionalistas se vuelven a abrir, con el fin de conseguir la entrada de la coalición en el Gabinete, aunque para ello será «igual de exigente en materia de política social». Madrazo descartó un pacto de legislatura desde la oposición, y, de no entrar en Ajuria Enea, anunció una oposición «constructiva y no frentista».
El dirigente de la coalición aseguró que este anuncio es un voto de confianza al «ofrecimiento sorpresivo» que lanzó Ibarretxe durante la investidura (dijo que las puertas del Gobierno seguían abiertas). De la misma forma, rechazó que el PP pueda utilizar los tres escaños de IU-EB para hacer una «oposición destructiva, alimentar su estrategia de confrontación y desgaste permanente, como ocurrió el miércoles». IU-EB recibió el respaldo de la Ejecutiva Federal de la coalición. Su coordinador general, Gaspar Llamazares, explicó que Ibarretxe «ha planteado en su programa de Gobierno algunos rasgos de ese giro social» que pidió la coalición. Además, este respaldo servirá para que la coalición sea «puente de dos posiciones que no pueden ser antagónicas, entre nacionalistas y no nacionalistas», aunque recordó que sólo son negociaciones, que podrían no fructificar como en la primera ocasión.