El líder del PSC, Pasqual Maragall, ha reclamado al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que adelante las elecciones autonómicas catalanas, una propuesta que hace una semana también formuló IC-V y que ha topado hoy con el rechazo tanto de CiU como de ERC y el PPC. Maragall ha hecho este anuncio en una rueda de prensa conjunta con el presidente de IC-V, Joan Saura, y ha argumentado la necesidad de este adelanto electoral en que «daría a Catalunya el gobierno que necesitamos».
El presidente del PSC reconoció la dificultad de que Pujol acepte adelantar los comicios, aunque le advirtió que, de no hacerlo, «le haremos recapacitar». En su opinión, si ahora se celebraran las elecciones autonómicas, en lugar de en otoño de 2003, los convergentes serían «netamente perdedores», y se ha mostrado convencido de que los grupos de izquierda lograría unos resultados «francamente favorables».
En una intervención, plagada de críticas a la coalición convergente, Maragall ha asegurado que la actitud del gobierno catalán ante la crisis de la peste porcina, los incendios que afectan a Cataluña y la aprobación del PHN o el «pacto secreto» entre PP y CiU revelan la «esterilidad» de CiU al frente del gobierno. Probablemente, nunca encontraremos una semana más dura» para Catalunya, ha espetado en referencia a estas situaciones Maragall, quien, por otra parte, calificó de «minucia» el hecho de la pérdida de una votación ayer en el Parlament que el PSC podría haber ganado si él hubiera estado en la cámara catalana en aquel momento.
La respuesta del conseller en cap y secretario general de CDC, Artur Mas, no se ha hecho esperar y ha afirmado que la petición de Maragall pretende «tapar» los errores que, en su opinión, el presidente del PSC «ha cometido en los últimos días», en referencia a sus recientes actuaciones parlamentarias. El presidente del PPC, Alberto Fernández Díaz, aseguró que el líder del PSC «ha perdido el norte. Pide elecciones porque ni sabe ejercer oposición ni puede ser gobierno». Por su parte, ERC ha considerado que Maragall incurre en una «estrategia errática. Lo único que busca es no quedar atrapado en sus propios errores».