El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se estrenó en su primer debate sobre la Nación con un discurso de «oposición útil» en el que combinó las críticas a la gestión del Gobierno con cuatro propuestas concretas al Ejecutivo. Con el objetivo de poder consensuar estas cuestiones, pidió al presidente del Gobierno, José María Aznar, que cambie de actitud, porque en su primer año de mayoría absoluta se ha acostumbrado a «reñir mucho y tolerar poco». El líder socialista aprovechó su intervención para dejar claro una vez más que el PSOE practica y seguirá practicando una «oposición útil» y «responsable» en la que reconocerá los aciertos del Gobierno y criticará sus errores.
A continuación, hizo referencia a los dos pactos de Estado que han alcanzado el Gobierno y el PSOE. Respecto al acuerdo anti ETA, explicó que «vivirá hasta que acabe el terror en España». También mencionó el pacto por la Justicia al que puso como ejemplo de la «oposición útil» del PSOE. Respecto a la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre el nuevo modelo de financiación autonómica, explicó que su partido es «optimista». El líder del PSOE artículó el grueso de su discurso entorno a cuatro grandes temas: la cohesión social, la modernización y el fortalecimiento de España y los valores cívico-democráticos, lanzó a Aznar cuatro propuestas concretas sobre estas cuestiones, y le pidió que abandone la «arrogancia» y sea «tolerante» con las opiniones de los demás.
Zapatero reprochó a Aznar que «riñe mucho y tolera poco» y, tras subrayar que «se le ha atrangantado la mayoría absoluta», criticó la «desconfianza» que los reiterados «enfados» del presidente generan en sectores como los obispos, los rectores, los jueces o los empresarios. También denunció la «ineficacia» del Ejecutivo en materia de seguridad. En este punto, se refirió a la seguridad ciudadana y vial, a la violencia contra las mujeres y a la siniestralidad laboral, problemas que, en su opinión, tienen su base en el «abandono de los servicios públicos».
El materia económica, Zapatero abogó por lograr un «contrato social por el empleo estable» para poner fin a la precariedad laboral, que calificó de «insostenible», a la vez que instó a Aznar a recuperar el diálogo con los sindicatos para corregir la «regresiva» reforma laboral que ha aprobado en esta legislatura. Denunció, además, que España «está a la cola de Europa en gasto social» y advirtió a Aznar que su carencia en esta materia está siendo suplida por las «familias», especialmente las mujeres. Criticó también «la caída del apoyo a la educación pública», el aumento del fracaso escolar y la «tensión» que se respira en los centros por las dificultades para la integración de los inmigrantes. Zapatero también criticó la política europea practicada por Aznar «Nunca hemos estado tan solos y aislados en Europa como con usted».