La policía francesa busca a seis personas que secuestraron la noche del jueves a dos agricultores en plena carretera durante dos horas, cerca de la localidad de Tarbes, en el suroeste de Francia, y que podrían ser miembros de la organización terrorista a ETA, según informaron en fuentes del Ministerio del Interior francés. Al parecer, los dos agricultores viajaban alrededor de las 21:30 por una carretera a la altura de la localidad de Saint Sauver de Rustan, a unos quince kilómetros al norte de Tarbes "Altos Pirineos", en un turismo y una furgoneta, cuando divisaron en la cuneta una furgoneta Renault Expert que podría estar averiada o haber sufrido un accidente, ya que un grupo de personas se encontraba junto a él.
Al detenerse y acercarse, los dos agricultores fueron encañonados y obligados a subir al furgón. Posteriormente, los presuntos etarras, que hablaban español o francés con acento español y vestían batas blancas, comenzaron a trasladar bultos de la furgoneta averiada a otra propiedad de uno de los agricultores (una C15), para después obligar a los rehenes a subir al turismo de uno de ellos, un Peugeot 309, con el que estuvieron circulando durante más de una hora acompañados de dos de los presuntos terroristas, siempre según el testimonio de los secuestrados. Después, los secuestradores regresaron al lugar de los hechos poniendo en libertad a los agricultores y huyendo con la furgoneta propiedad de uno de ellos.
La policía francesa sospecha que uno de los bultos que los presuntos terroristas pasaron del furgón accidentado a la furgoneta de los retenidos podría tratarse de un arma pesada. La supuesta arma pesada disponía de un trípode de grandes dimensiones, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista. Así, entre los diversos bultos que los etarras trasladaron a la furgoneta de uno de los agricultores secuestrados, se encontraba uno cuya parte superior no pudieron apreciar al hallarse cubierta con una tela, pero que en su base disponía de un trípode de grandes dimensiones que sirviera de sujeción a una supuesta arma pesada, posiblemente un «mortero» o «ametralladora pesada».
El caso depende de la Fiscalía Antiterrorista de París y la investigación corre a cargo de la División Nacional Antiterrorista de París y la policía judicial de Burdeos, quienes ya saben que la furgoneta averiada fue robada a finales del año pasado y tenía matrícula falsa. La región de Tarbes ha servido en el pasado para albergar escondites de etarras.