El submarino nuclear británico 'Tireless' abandonó ayer el puerto de Gibraltar después de haber permanecido atracado durante casi un año en el Peñón. La salida del puerto se produjo sin incidencias. El Consejo de Seguridad Nuclear aseguró que no se han registrado niveles de radiactividad. La Junta de Andalucía hizo balance de lo que ha supuesto la estancia del submarino en Gibraltar calificándola de «estrepitoso fracaso de la política exterior española», mientras el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, advertía que de repetirse una visita similar podría plantearse una reforma legislativa.
A tan sólo doce días de su primer aniversario en el puerto de Gibraltar, el submarino nuclear británico 'Tireless' se marchó a las nueve de la mañana a un destino desconocido. Pese a todas las reticencias, la salida se produjo sin incidencias. El Consejo de Seguridad Nuclear anunció que no se registraron niveles de radiactividad en la zona. El sistema de vigilancia radiológica permaneció encendido durante la operación de arranque del reactor, en la salida del puerto y durante las reparaciones efectuadas.
Tras su partida se produjeron reacciones de diferente signo, primando las descalificaciones al Gobierno y las sospechas de que el puerto se convierta en un taller de reparaciones de naves nucleares. Paco Casero, miembro de Ecologistas en Acción, mostró su sospecha de que el 'Tireless' sea un precedente para la entrada de nuevos sumergibles. Casquero alertó ante el «desprecio de las autoridades británicas ante la sociedad andaluza» unido a la «falta de actitud decidida del Gobierno español en defensa de la población campogibraltareña», que hace que se puedan acoger nuevas naves.
Sin embargo, el ministro de Exteriores, Josep Piqué, aseguró que el responsable de la diplomacia británica, Robin Cook, le manifestó en una reunión celebrada este fin de semana que Londres tenía una clara voluntad, determinación y decisión de evitar que se repitan las circunstancias vividas en Gibraltar. Piqué aseguró que había recordado a Cook que aunque el caso del 'Tireless' había sido excepcional, el puerto de Gibraltar no disponía de instalaciones para realizar ese tipo de reparaciones en buques con carga nuclear.
El ministro principal de Gibraltar se pronunció en el mismo sentido. Peter Caruana confía en que el Peñón no vuelva a utilizarse para reparar submarinos nucleares tras lo ocurrido con el «Tireless» y advirtió al ministerio de Defensa británico de que, si no lo garantiza, el Gobierno de la Roca podría plantearse alguna reforma legislativa para evitar que pueda repetirse una situación similar en el futuro.