El Producto Interior Bruto (PIB) creció un 4'1% en el 2000, una décima más que lo previsto por el Gobierno y que la registrada en 1999, según datos de la Contabilidad Nacional difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La demanda interna creció un 4'2%, frente al 5'5% de 1999, sustentada en el aumento de la inversión (5'9%) y del consumo (3'7%).
Las exportaciones de bienes y servicios se incrementaron un 10'8% (6'6% en 1999) y las importaciones subieron un 10'4% (11'9%), por lo que el sector exterior tuvo una aportación negativa de 0'1 puntos al crecimiento, inferior a los 1'5 puntos del año anterior. En el cuarto trimestre del 2000 el PIB creció un 3'8%, tres décimas menos que el trimestre anterior, lo que confirma el periodo de desaceleración iniciado a partir del segundo trimestre.
Desde el punto de vista de la oferta, en el 2000 la inversión creció un 5'9%. La inversión en construcción creció un 6'4% (9% en 1999), la de bienes de equipo aumentó un 5% y la de otros productos subió un 6%. Desde la oferta, en el 2000 se aceleraron las ramas primarias, energía (10'6 por ciento) e industria (3'9 por ciento), y se frenaron construcción (6'3 por ciento) y servicios (3'6 por ciento), al tiempo que las ramas agraria y pesquera crecieron un 1'5 por ciento, ya que la buena evolución de la agricultura fue contrarrestada por el descenso de la ganadería generado por la crisis de las «vacas locas».
El empleo creció un 3'3 por ciento con una creación de 480.000 puestos de trabajo a tiempo completo y la remuneración media por asalariado aumentó un 4 por ciento Los impuestos netos sobre los productos siguieron una senda de desaceleración y crecieron un 3'8 por ciento. La renta disponible bruta de los hogares aumentó un 7 por ciento, el gasto en consumo final de este sector subió un 7'8 por ciento y la tasa de ahorro se redujo dos décimas hasta el 11'9 por ciento.