Jordi Pujol fue elegido ayer president de la Generalitat por sexta vez al obtener, en la primera votación, el apoyo del PP y la abstención de ERC, que obligaron a CiU a firmar sendos documentos con compromisos de gobierno para la legislatura.
Pujol obtuvo 68 votos a favor, 56 de CiU y 12 del PP, que suman la mayoría absoluta, y 55 votos en contra del PSC-Ciutadans pel Canvi (50) y de Iniciativa-Verds (5), y los 12 diputados de ERC que, finalmente optó por la abstención.
Tras ser reelegido, Pujol agradeció el apoyo del PP y de ERC y tendió la mano a todos los grupos parlamentarios para buscar acuerdos que permitan incrementar el poder político y mejorar la financiación de Catalunya.
Las negociaciones para hacer posible la investidura de Pujol se prolongaron hasta el mismo momento de iniciar las votaciones, ya que el candidato necesitaba el voto favorable del PP para ser elegido en primera vuelta y pretendía que los republicanos se abstuviera para evitar salir elegido con un solo voto de diferencia.
A cambio de este apoyo, el PP de Catalunya ha logrado el compromiso de CiU de que no se modificará el Estatut en esta legislatura como ha dicho Pujol en respuesta al líder de Esquerra durante el debate.
El documento pactado descarta también «modelos (de financiación
autonómica) no previstos en el Estatut», en referencia al concierto
económico.
Los dos partidos hacen también una referencia indirecta a la
situación lingüística «resultado de la integración de pueblos
diversos» y expresan su compromiso «con el respeto a la pluralidad
y a los derechos individuales» de los ciudadanos.
Por su parte, ERC ha obtenido a cambio de su abstención un compromiso de 12 puntos firmado por los negociadores de CiU en el que se especifica que la Generalitat «decretará una moratoria de un año para la construcción y puesta en funcionamiento» de líneas de alta tensión. El acuerdo incluye diversos puntos firmados también con el PP, que habían sido reclamados inicialmente por ERC, como el fondo de ayuda al pequeño comercio o la eliminación progresiva de los peajes de las autopistas, entre otras cuestiones.
Pocas horas antes de la votación, Jordi Pujol y el presidente del PP catalán, Alberto Fernández Díaz, protagonizaron una tensa discusión en el debate de la investidura. El líder del PP catalán comenzó su intervención instando a Pujol a ser «consciente» de que «las cosas han cambiado mucho», por lo que subrayó que, de acuerdo con los resultados de las elecciones, «su proyecto político sólo tiene el apoyo del 24 por ciento de los catalanes», por lo que le instó a que «gobierne pensando también en el 76 por ciento restante».
Fernández Díaz, que pronunció en castellano parte de su discurso, defendió el bilingüismo y la pluralidad de la sociedad catalana. «No es necesario tener que escoger entre ser catalán o español, catalán o castellano, porque este maniqueísmo no nos hace ningún bien», señaló.