La defensa del ex dictador Augusto Pinochet apelará el viernes ante el Tribunal Supremo de Londres la decisión del juez británico Ronald Bartle de conceder su extradición a España. La apelación se producirá dos semanas después de que el magistrado tomara tal decisión y el mismo día en que concluye el plazo de entrega de la misma. El «caso Pinochet» llegó también al Congreso donde el presidente del Gobierno, José María Aznar, preguntó al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, si está de acuerdo con la extradición o si apoya la postura del ex jefe del Ejecutivo Felipe González, partidario de que sea juzgado en Chile.
Entretanto, el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, afirmó que, si el ministro del Interior británico, Jack Straw, apelara a las «razones humanitarias» para dejar libre al ex dictador significaría el «agotamiento» de la vía judicial.
Matutes señaló que esa decisión de Straw supondría poner en libertad a Pinochet. «Parece deducirse de las declaraciones del ministro Straw que, para tomar una decisión al respecto, desea esperar el agotamiento de la vía judicial; si tomara una decisión antes, que también puede hacerlo, sería por consideraciones objetivas sobre la salud de Pinochet», explicó.
El titular de Exteriores añadió que «una eventual decisión de Straw sobre el senador Pinochet por razones humanitarias, supondría automáticamente el término de la vía judicial; esto significaría la libertad automática e inmediata de Pinochet, y la posibilidad de abandonar el territorio británico y regresar a Chile».
Así, Matutes se preguntó si «cabe en este caso presentar recursos, porque se agota la vía judicial», y señaló que existe un recurso, denominado de «revisión judicial», pero que, según sus informes, «este tipo de recurso no tendría efectos prácticos, no anularía, ni siquiera puede suspender los efectos de la decisión de Straw».