El asalto a la oficina de inspección de Hacienda de Barcelona sigue rodeado por el misterio, después de que las primeras investigaciones descarten que los asaltantes "que «conocían perfectamente el edificio y los expedientes que deseaban»" accedieran al sistema informático o se llevaran algún documento.
Fuentes judiciales creen que el caso puede acabar archivándose
provisionalmente ante la dificultad para averiguar la identidad de
los intrusos.
Asimismo, responsables de la investigación no descartan que el
asalto pudiera haber sido una «maniobra de distracción».
Fuentes judiciales señalan que el grupo que asaltó la oficina
pretendía, al parecer, dar un aviso sobre la vulnerabilidad de la
sede de Hacienda. Esta teoría se desprende de las declaraciones
efectuadas ante el juez por varias personas.
Y es que, a pesar de la importancia de la documentación que acumula, el edificio de la Oficina Nacional de Inspección, asaltado en la madrugada del martes, no dispone de ningún sistema de seguridad.
El inmueble, situado en la calle Bailén, no cuenta con ningún tipo de alarma, sensores de presencia, ni vigilancia nocturna, por lo que queda totalmente desprotegido entre las 15.00 horas, cuando la vigilante de seguridad abandona su puesto, y las 7.00 horas de la mañana siguiente. La última persona en salir del edificio suele ser la encargada de la limpieza a las 22.00 horas.
El asalto se ha producido cuando la Fiscalía Anticorrupción y la propia Agencia Tributaria tienen abiertas sendas investigaciones sobre presuntas irregularidades de ex altos cargos de Hacienda en Catalunya, entre ellos José María Huguet "ex jefe de Inspección" y Ernesto de Aguiar "ex director general de Coordinación de Haciendas Territoriales".