El ex jefe del ejército chileno Augusto Pinochet, que el pasado fin de semana recibió la visita de su sucesor Ricardo Izurieta, está dispuesto a luchar con todas sus fuerzas para defenderse de las acusaciones que pesan contra él.
En unas declaraciones que ayer publicó el periódico «The Sunday Telegraph», Pinochet dice que es inocente de los crímenes de que se le acusa. «Lucharé con todas mis fuerzas durante el proceso de extradición autorizado por el ministro del Interior, Jack Straw, para defender mi honor», manifiesta el militar.
El 15 de abril, cuando Straw anunció que el proceso de extradición puede seguir adelante porque la tortura y la conspiración para la tortura son delitos graves y extraditables bajo la legislación británica y sus compromisos con la Convención Europea de Extradición, Pinochet ofreció una cena a sus colaboradores.
En la mesa, el ex jefe del ejército chileno hizo un brindis con vino chileno y manifestó que prefería morir en Gran Bretaña luchando, que ser extraditado a España.