EMERGENCIA HABITACIONAL

«Llevo toda la vida trabajando y no encuentro un piso para vivir con mis hijos; en octubre me quedo en la calle»

Petra Carbonell, natural de Binissalem vive en el Puerto de Alcúdia en un local sin cocina y sin ventanas, del que tiene que irse porque lo venden. Si nada lo remedia, se tendrá que separar de sus hijos

Petra está desesperada porque no encuentra un piso en el que poder vivir con sus hijos

TW
147

«Llevo toda la vida trabajando y no encuentro un piso para vivir con mis hijos; en octubre me quedo en la calle». Este es el duro testimonio de Petra Carbonell, natural de Binissalem, que vive en el Puerto de Alcúdia en un local sin cocina y sin ventanas; tras el verano tiene que irse porque lo venden. La situación que vive es críica y todo apunta a que tendrá que separarse de sus hijos, que se irán a vivir con su ex a Tarragona. «Estoy destrozada, pero por mucho que me duela lo mejor para los peques es irse con su padre hasta que yo encuentre un hogar para estar con ellos; yo no quiero pero tengo que ser realista por su bien», admite entre lágrimas.

«Jamás pensé que me vería así», lamenta a sus 51 años. «Hasta hace un poco yo tenía una casa, con cocina, baño... todas las comodidas que se consideran normales, hasta que dejas de tenerlas», lamenta. Petra explica que todo comenzó cuando decidió divorciarse y dejar Tarragona para volver a Mallorca con sus dos hijos de 12 y 16 años; tiene dos más, pero son más mayores y se han independizado.

Aquí tenía un pequeño apartamento, pero asegura que cometió el error de escriturarlo a nombre de su ex y lo ha vendido. «Después de toda la vida trabajando me he visto en la calle con una maleta y mis dos hijos, es muy triste», expresa. Petra sabía que el acceso a la vivienda estaba complicado en Mallorca, pero no podía imaginar que tanto. «Yo he pagado 600 euros por un piso con tres habitaciones y con dos baños hace unos años, pero ahora la moda es alquilar una habitación a precio de piso entero», critica.

No encuentra piso

Las dificultades para acceder a la vivienda han convertido su vida en un auténtico calvario, ya que asegura que por más que busca no encuentra ningún piso para vivir con sus hijos. Ahora trabaja en un hotel y percibe 1.900 euros mensuales, pero su contrato finaliza en octubre y no sabe si podrá encontrar otro empleo con un salario similar, por lo que sostiene que no puede pagar más de 600 euros al mes. «Yo quiero pagar, no puedo comprometerme a abonar más de 1.000 euros al mes porque mis ingresos no están garantizados durante todo el año y tengo que dar de comer a mis hijos; hasta el momento, su padre no les pasa nada de manutención», manifiesta.

Uno de los momentos más duros por los que ha atravesado esta mallorquina ha sido el de tener que ir a una casa de acogida en Manacor. Allí estuvo tres meses, pero su hija la sacó y habilitó el local del bar que regenta en el Puerto de Alcúdia. «Mi hija no quería verme en una ucasa de acogida, pero tampoco podía llevarme a su piso porque sólo tiene una habitación. Por eso, me habilitó el local de su bar. No tiene cocina y el baño está a medias; tampoco tenemos ventanas, pero al menos puedo estar con mis hijos; pago 550 euros al mes».

Imagen del local en el que actualmente vive Petra con sus dos hijos
Imagen del local en el que actualmente vive Petra con sus dos hijos.

Petra hace un llamamiento a todas aquellas personas que puedan alquilarle una casa a un precio asequible. «Yo quiero pagar, ahora tengo trabajo, pero cuando finalice mi contrato estoy dispuesta a hacer lo que sea. Esta situación es intolerable, no puede ser que en Mallorca un buen sueldo no sea suficiente para poder alquilar un piso», concluye.