A los once años, Leire Roma pegó una nota en el escritorio de su cuarto que decía: «Quiero ser ingeniera aeroespacial y trabajar en la NASA». Hoy, con solo 20, esa niña mallorquina de Peguera ha hecho realidad aquel sueño que parecía tan lejano: está trabajando en el centro de investigación NASA Jet Propulsion Laboratory, en California, como parte del prestigioso grupo de Mobility and Robotic Systems, desarrollando estructuras y sistemas robóticos para futuras misiones espaciales.
«Es increíble estar aquí. Es un lugar donde todo el mundo está dispuesto a ayudarte y donde se respira pasión por el espacio», cuenta emocionada desde su puesto en el campus de la NASA, situado al sur de California, a Ultima Hora.
Leire es una de las primeras estudiantes del grado en Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de California en Berkeley. De hecho, su promoción, que cuenta con 35 alumnos, fue la pionera. Además, también está estudiando Astrofísica. Este septiembre iniciará su cuarto y último año. «Después me encantaría hacer un doctorado en Ingeniería Aeroespacial», confiesa sin dudar.
Una infancia con la vista en las estrellas
Leire creció en Peguera, en el suroeste de Mallorca. Cursó Bachillerato en el IES Bendinat, donde formó parte del programa Batxibac, una formación bilingüe que le permitió presentarse también a la selectividad francesa. Aplicó a varias universidades de Estados Unidos y gracias a su nota, pudo acceder a una de las universidades más prestigiosas del mundo.
Desde pequeña le apasionaba el espacio y no tardó en fijarse un objetivo claro. «Siempre soñé con la NASA. Me fascinaban las estrellas, los cohetes, los robots... Quería entender cómo funcionan y, algún día, formar parte de una misión», explica.
Su perfil era tan completo como inusual: además de destacar en ciencias, estudió piano en el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Mallorca, donde obtuvo el grado profesional. Esa combinación de disciplina, constancia y creatividad ha sido clave para llegar hasta donde está hoy.
Una experiencia que marca
Este verano, Leire está inmersa en uno de los entornos científicos más exigentes e inspiradores del planeta. «Trabajamos en sistemas reales que serán parte de futuras misiones. Es emocionante pensar que lo que hago acabará en el espacio», dice con una mezcla de humildad y orgullo.
Pero lo que más le ha sorprendido no son los robots, ni los laboratorios ultramodernos, ni los simuladores: «Lo que más me ha impresionado es el personal que forma parte de la NASA. Todos están dispuestos a ayudarte. Se respira una pasión contagiosa», explica con emoción.
Desde la otra punta del mundo, Leire quiere lanzar un mensaje a todos los jóvenes de la Isla: «Aunque seamos de un sitio relativamente pequeño como Mallorca, hay mucho talento. Nunca hay que dejar de soñar, porque con esfuerzo, sacrificio y disfrutando lo que se hace, los sueños pueden convertirse en realidad. A veces las metas parecen lejanas, pero con pasión y constancia es posible llegar mucho más lejos de lo que uno imagina».
Su historia es un ejemplo brillante de que los sueños —por imposibles que parezcan— pueden alcanzarse con perseverancia, formación y una mirada constante al firmamento.
Enhorabonaa!!!!