Es fácil hacerlo, pero nada de lo que pasó o se dijo vale para calificar de bronca o tensa la asamblea que Més per Mallorca celebró el jueves para definir su relación con Sumar. Pero sí hay una palabra que resume lo ocurrido: sorpresa. Y en esa palabra, sorpresa, coinciden todas las personas consultadas por este diario para reconstruir qué paso en ses Cases des Mestres (Santa Maria) durante las cerca de tres horas que Més ocupó en decidir si el diputado Vicenç Vidal continuaba en el grupo parlamentario Plurinacional Sumar (que así se llama el grupo de Yolanda Díaz) o se pasaba al Mixto.
La apuesta de la ejecutiva que coordina Lluís Apesteguia, y también la del propio diputado Vidal, era la segunda. Y el resultado, después de casi tres horas, fue que un 50 % de asistentes marcaron la opción de romper; el 47 %, la de seguir y un 3 % se inclinó por la abstención. Las tres posibilidades estaban incluidas en una única papeleta. La consecuencia de ese «empate técnico» es que «después del verano» (entiéndase más allá de lo literal como «cuando se sepa si hay elecciones») se celebrará una nueva votación.
La primera sorpresa fue por el número de asistentes: unos ochenta. Faltó gente por diversos motivos (los plenos de Palma son muy largos). La segunda sorpresa fue ver entrar en la sala a más personas susceptibles de votar la opción de seguir que la de romper. Ahí estaban por ejemplo Tomeu Tugores, Miquel Rosselló o Lila Thomàs, que presidió la asamblea. Lo que tienen en común es que vienen de Iniciativa, escisión de EU que acabó confluyendo con el PSM para crear Més al modo de Compromís.
«Los que quieren seguir, no vendrán», había pronosticado alguien. Pero es que ya no es correcto atribuir a esa procedencia (si alguien viene de EU, Els Verds o PSM) las intervenciones en la asamblea. Eso es historia, según alguien que conoce su evolución del partido. Y eso explicaría que la mayoría de turnos de palabra fueran más en línea con la continuidad que con la ruptura. Hubo algunas muy claras a favor de esta: la de Bel Busquets, por ejemplo, y la del propio Apesteguia. La de Vidal también buscaba salir del grupo parlamentario de Sumar, pero fue tan «pedagógica» –así la define una de los asistentes– que posiblemente sirvió para llevar algún sí cantado a la ruptura a la casilla de la abstención.
Izquierda y soberanismo
Vidal lo puso todo sobre la mesa. Desde el caso de corrupción que afecta al PSOE –y que fue lo que llevó a Més a dar el paso– a otros asuntos, como la imposibilidad de articular un grupo plural –formado por sensibilidades autonómicas diferentes– pero, también, la necesidad de que ministros y ministras de Sumar en el Gobierno se planteen cuando gobiernan que existen las comunidades autónomas. Y que, en el caso de poder trasladar este mensaje, tener un escaño que represente a Balears en el Congreso no es algo menor.
Y más sorpresas: después de una intervención como la de Miquel Rosselló a favor de no romper, hubo gente que interpretó de sus palabras que, siendo muy importante fortalecer a la izquierda, ni Sumar, ni Més pueden ser «apéndices» del PSOE ni tolerar la corrupción ni renunciar al soberanismo. Y es que en la asamblea se habló mucho de política y de estrategias, y sobre cómo articular la izquierda. Y hubo tiempo para referirse a lo rápido que va todo y cómo se desarrollan los acontecimientos. «La situación del día en que Més convocó la asamblea no es la misma», indica una de las personas que tomaron la palabra y que explica que «Sánchez parecía acabado por el caso Cerdán y que le quedaban dos días y ahora vuelve como adalid de la izquierda internacional y con críticas de Trump».
«Vamos a esperar a ver qué dice Sánchez en el comité federal del PSOE», propuso uno de los asistentes. Y después, el plazo se alargó. Para entonces ya estaba preparada la urna donde depositar la papeleta con las tres opciones. Aunque hasta el día anterior nadie había recordado en Més que para tomar una decisión «tan trascendente» se precisaba una mayoría de dos tercios, eso permitió ganar tiempo.
Apesteguia fue claro al señalar que la estrategia del PSOE ante el ‘caso Cerdán’ fue inaceptable y también la de Sumar pero dejó claro que la salida de Vidal no suponía dar apoyo a la desestabilización de la izquierda. El coordinador habló de la necesidad de aglutinarla. La idea de un frente amplio, que siempre ha reclamado Esquerra Unida (con cuyo nuevo coordinador, José María García, se reunió Vidal el miércoles) está en el guion de Més. Incluso, incluyendo a Podemos. Més tiene que celebrar un congreso antes de fin de año. Para entonces tendría que haber tomado una decisión.
Volen esperar a veure què diu el pso€, com a bona comparsa que són. No tenen remei!