Está considerada por la Unión Europea como la especie exótica invasora más peligrosa del Mediterráneo por los altos impactos socioeconómicos que tiene sobre las poblaciones. El alga marina Rugulopterix okamurae llegó por primera vez a aguas españolas en 2015, año en el que se detectó por primera vez en Ceuta. Desde entonces hasta ahora se ha extendido a todas las costas de Canarias y de la Península. Baleares es el único destino que parece escapar a su colonización, pero crece la inquietud por lo que está por venir.
«De momento no se han implementado medidas preventivas desde las instituciones en Baleares y eso es algo que nos preocupa porque por los patrones de entrada que ha tenido en otras zonas costeras sabemos que una vez llega lo ahoga todo», explica Raquel Vaquer, coordinadora del Informe del Mar Balear.
Desde que el Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (IMEDEA-UIB-CSIC) localizó en el Port Olímpic de Barcelona hace ahora un año el alga asiática, se han disparado todas las alarmas. La elevada conexión náutica que existe entre los puertos catalanes y los de Baleares aumenta el nivel de riesgo.
«Se cree que llegó a las costas de la Península en el lastre de algún barco, es una de las posibles vías de entrada que manejan los expertos, porque sabemos que esta especie puede sobrevivir sin luz en el lastre de barcos durante días», añade la Vaquer.
La científica Fiona Tomas Nash, del IMEDEA, ha lanzado un reto a través del programa de ciencia ciudadana Observadores del mar para que los usuarios de las playas reporten cualquier hallazgo sospechoso.
Distinguir el alga invasora de otras especies de algas no es fácil para los ciudadanos de a pie, por eso los especialistas recomiendan reportar los casos sospechosos si existe duda. «Hay pequeños trucos para distinguirla, uno de ellos es probarla, porque tiene un sabor picante», dice Raquel Vaquer.
El alga asiática tiene un color pardo oliváceo y mide unos 30 centímetros de altura . Se puede confundir con algas del género Dyctiota y Tatonia. En caso de sospechar que se está ante un ejemplar de la especie invasora hay que fotografiarla, anotar las coordenadas, el tipo de sustrato y enviar los datos al correo buzon-sgb@miteco.es Existe además una App de Observadores del mar. Es muy importante no arrancar los ejemplares porque eso podría favorecer su expansión.
En las zonas de España que ya han sido colonizadas se observa una disminución de las capturas de pesca y daños en los aparejos. Las arribazones de alga asiática causan además serios problemas de gestión a los ayuntamientos, incapaces de contener su expansión y retirarla, con lo que ello implica para el sector turístico.
La Rugulopteryx coloniza los fondos marinos rápidamente, llega a cubrirlos por completo y provoca un éxodo de la fauna que habita en su zona. Cuando se instala en un nuevo hábitat libera restos vegetales que flotan hasta la superficie y se trasladan llevados por la corriente a nuevas localizaciones.
El puerto de Barcelona hace un montón de años que pide control de aguas de lastre forzando la renovación de tanques por el camino para evitar las importaciones de especies, ignoro el rigor de la aplicación.