La súbita desaparición de los sintecho que durante meses (o años) habitaron en un espacio intermedio entre el aparcamiento que gestiona Aena y la terminal del aeropuerto de Son Sant Joan, en Palma, vive u nuevo capítulo. Toda vez que desde la empresa gestora del recinto se negó cualquier intervención, además de recordarse que se trabaja mano a mano con los servicios sociales del Consell de Mallorca para tratar este tipo de casos, la incógnita sobre su paradero ya se ha despejado.
Porque buena parte del grupo que había instalado su 'residencia' a cubierto, con tomas de luz y climatización los 365 días del año, ha dado señales de vida, pero en un escenario muy diferente al que muchos pasajeros y trabajadores de los diferentes servicios del aeródromo palmesano estaban acostumbrados a verles pernoctar.
Ahora, han aterrizado de manera estable en la terminal, principalmente en la de llegadas para pernoctar, mientras que durante el día, se reparten entre este última y la de salidas. Algunos pasan desapercibidos, de manera discreta, pareciendo un pasajero más, portando su equipaje, aunque en algunos casos, su aspecto físico les delata.
Otros no se esconden y descansan tumbados, durmiendo, en los bancos exteriores de la zona de llegadas, ante la atónita mirada de turistas, chóferes o personal del aeropuerto, o bebiendo cerveza. Alguno incluso pasea por los exteriores de las dos terminales e, incluso, reportan algunos empleados que ha llegado a haber intervenciones por parte de la fuerza pública por incidentes protagonizados por estos sintecho que, sin llamar excesivamente la atención, se han convertido en parte del paisaje de Son Sant Joan.
Reaccionan con gesto rudo y serio a la presencia próxima de un periodista, pero sus zonas de pernoctación son fáciles de encontrar. En los rincones más escondidos y protegidos de la vista de los curiosos, cerca de los puntos de carga de teléfonos móviles y los baños públicos, la apertura durante las 24 horas del día del aeropuerto es su gran aliada para moverse con libertad por su nuevo hábitat.