«En Mallorca se cierran cinco o seis operaciones de venta de villas por encima de los 20 millones de euros. Por encima de 30, se cuentan con los dedos de una al año y no se registra ninguna por encima de los 40». Así de claro se muestra Hans Lenz, presidente de la Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional (ABINI).
«Mallorca es demasiado cara para los ricos del norte. Por eso hay un desvío importante de compradores hacia la Península», afirma Lenz. Según un informe de Caixabank Research, desde 2019 hasta hoy ha crecido solo un dos por ciento el número de ventas de extranjeros. En el caso de Málaga o Alicante, se ha disparado un 30 en estos años. «Los precios han subido mucho en los últimos años, en España ya somos los más caros. Aquí se juega al Monopoly y, si nos vamos a la obra nueva, los costes se duplican respecto a la Península, sin contar con el precio del suelo», afirma Lenz.
Ahora mismo la casa ofertada más cara en Idealista alcanza los 30 millones de euros pero en algunos portales especializados es posible encontrar villas por más de 40 en ubicaciones privilegiadas con vistas a mar y un derroche de metros cuadrados y primeras calidades. El récord, un anuncio en el que se venden siete inmuebles con un total de 42 habitaciones por 74 millones de euros.
Lenz asegura que «hay que construir para la gente que vive y trabaja aquí, no es necesaria más vivienda de lujo. Ahora bien, hay que pensar en el prójimo, no solo en especular», criticó con dureza ante la grave situación habitacional.
Ya están tardando, la "mafia" de inmobiliarias extranjeras sobre todo alemanas, han centrado su negocio en extranjeros ricos que lo que han hecho es crear una burbuja de fincas e inmuebles a precios disparatados haciendo imposible la compra por los residentes locales, en fin que se creen los dueños y señores de las islas y como siempre los políticos mirándose el ombligo.