«Todo está cambiando y los peces no tienen por qué ser una excepción». Enric Massutí, investigador del Centro Oceanográfico de Baleares, resume en esta frase por qué el pez globo se cuela en la última actualización del Registro de Datos de Peces Raros de Baleares (DAPERA) que ha presentado este jueves el Govern balear.
Se trata de un pez erizo (Diondon Hystrix) capturado en 2016 en el Castell (Menorca) durante un campeonato de pesca submarina. Aunque tiene cierta toxicidad, su presencia en aguas de Baleares no es tan alarmante como la presencia del Lagocphalus seceleratus en las costas catalanas y en Denia, una de las tres especies de peces globo que más preocupan a la comunidad científica.
El Lagocphalus sceleratus fue observado por primera vez en las costas ibéricas en el verano de 2014. Procede del mar Rojo. En poco más de diez años este pez globo se ha establecido en la parte más oriental del Medirerráneo, donde tiene la consideración de especie invasora y la Generalitat catalana lleva años pidiendo a sus pescadores que den parte de cualquier hallazgo.
En Baleares el registro de Datos de peces raros (DAPERA) intenta mejorar la información disponible de peces raros, sin interés comercial, algunos de ellos amenazados, otros simplemente exóticos. Entre los ejemplares que aparecen en la última actualización se cuela el pez globo ('Diodon hystrix').
El ejemplar fue capturado durante la celebración del 38 Gran Premio del Club Náutico Villacarlos de Pesca Submarina. La organización del evento deportivo, consciente de la importancia del hallazgo, informó al GOB, al Seprona y al Consell de Mallorca. Fue un biólogo que participaba en uno de los doce equipos quien dio la voz de alarma después de que el ejemplar, poco antes de morir, expulsara un líquido tóxico amarillo. La Estación de Investigación Jaume Ferrer de Menorca se hizo cargo de él. Aunque es un pez de mar de clima subtropical su presencia se ha detectado en todos los océanos, también en el mar Mediterráneo.
¿Por qué es preciso poner el foco en los llamados peces raros? Son un bioindicador de la calidad del medio que nos informa de los cambios que se producen en el conjunto del ecosistema. Detectar la entrada de especies exóticas en el Mediterráneo permite a los científicos anticiparse a los efectos del cambio climático y del medio marino.
«Es algo que indica lo que llamamos tropicalización del Mediterráneo, que provoca que especies que no estaban, principalmente tropicales o subtropicales, estén entrando y creando poblaciones más o menos estables en según que especies, debido a que las condiciones de temperatura están cambiando», explica Enric Massutí.
El investigador del Centro Oceanográfico de Baleares es uno de los coautores del Atlas de Especies Exóticas del Mediterráneo que ya va por su segunda edición. «En el año 2001 catalogamos alrededor de 90 especies de peces que habían entrado desde mediados del siglo pasado y 20 años después, en 2021 catalogamos 188 especies exóticas, casi el doble de especies con porcentajes similares, un 75 % son propias del indopacífico y el resto de procedencia atlántica», dice.
Este nuevo recuento «da idea de cómo se ha acelerado el cambio de la fauna mediterránea». Eso no quiere decir que todas sean especies invasoras. «Algunas no se comportan como tal, otras sí, sobre todo en el Mediterráneo Oriental», reflexiona.
Hasta el momento las especies que presentan un comportamiento invasor «son lesepssianas y solo se comportan así en el Mediterráneo Oriental», dice. El hecho de que alguna de esas especies como el pez globo ya hayan llegado al Mediterráneo Occidental, ¿implica que con el paso del tiempo se comporten también como especies invasoras en las aguas de las Islas? «Es difícil saberlo. Está claro que el Mediterráneo Oriental es más adecuado para ellas porque la temperatura aumenta más. No son solo los peces, también hay algas, moluscos, crustáceos… «Si todo cambia, ¿por qué no lo van a hacer los peces», concluye.
De momento lo más importante es mantenerse atentos. De ahí que se realice un seguimiento de las especies exóticas a nivel autonómico, pero también estatal. Sabemos que el Lagocphalus sceleratus, (la especie de pez globo de más tamaño), ha llegado ya al Mediterráneo Occidental, probablemente a través del canal de Suez. «En el año 2014 se detectó por primera vez en Dènia y después ha habido varios registros en Cataluña, como es un pez que ha reportado episodios de toxicidad en pacientes por su consumo, en su día las autoridades tomaron medidas e informaron a las cofradías de pescadores para que no lo consumieran», añade.