«Absoluto desprecio hacia la salud pública» y un «elevado riesgo». La Audiencia Provincial impone una condena de un año y once meses de prisión para Vicente Torrandell, el administrador de Cárnicas Vicente, por una retahíla de malas prácticas en una empresa que «no cumplía con las normas básicas de higiene» y que almacenaba en una nave de Marratxí 27.510 kilogramos de carne, de los que solo 10.000 eran aptos para consumo humano. La sentencia también impone al acusado el pago de 200.000 euros como indemnizaciones: 120.000 al Govern por la destrucción de la carne y el resto a una empresa de frigoríficos que tuvo que almacenar el género. Cárnicas Vicente fue intervenida en una operación conjunta de la Policía Nacional y de los servicios sanitarios. La sentencia se basa en la declaración de una veintena de testigos que llegaron a calificar lo que había como la «cámara de los horrores».
La resolución detalla irregularidades constantes en la empresa: la descongelación de carne en agua caliente, la compra de alimentos al borde de la caducidad para luego congelarlos, cambios en las fechas de etiquetas sobre la caducidad, carne que hacía cuatro años que estaba fuera de periodo de consumo o elaboraciones para las que no tenían permiso. Las magistradas descartan cualquier validez del testimonio del único inspector que apoyaba a Vicente, del que aprecian un «interés evidente» en la causa.
También descartan el argumento de la defensa de que Vicente estaba en un error y que desconocía la normativa: «Basta con no cumplir la normativa, basta con no tener un protocolo de actuación aprobado por la Administración y que no seguir dichas prácticas haya podido poner en peligro la salud de decenas o de cientos de personas, basta con vender como fresco un producto descongelado para intentar alargar su vida útil, basta con ‘saltarse a la torera’ las prohibiciones impuestas como la de la descongelación, y seguir haciéndolo, basta con tener miles de kilos de producto animal caducado sin destruir, dentro de un congelador, basta con no respetar la cadena de frío y no tener registros de temperatura. Basta».
El apunte
La situación «se pasó por alto» durante años
El fallo también apunta que, durante años la situación en Cárnicas Vicente «se pasó por alto» y que no fue hasta la aparición de un grupo de inspectores nuevos que hacían cumplir la normativa «a rajatabla» cuando afloraron las irregularidades en varias empresas. De todas ellas, tres han terminado en procedimientos penales y condenas.