Jaume Flexas es catedrático de Fisiología Vegetal en la UIB y aparece de manera ininterrumpida desde 2014 en el ranking de investigadores más citados del mundo en su ámbito científico. Flexas ofrece hoy, a las 19.00 horas en el Centre Flassaders, de Palma, la conferencia Canvi climàtic, demografia, economia i plantes: recepta per a un bon brou!, el mismo título de la lección inaugural del curso de la UIB que dio el pasado septiembre. La conferencia de Flexas inicia el ciclo El decreixement. L’alternativa urgent per a un planeta al límit, organizado por Attac Mallorca y que se prolongará hasta entrado el año que viene.
¿Cómo abordamos el decrecimiento?
—En el decrecimiento deberían intervenir diversos elementos: la demografía, la energía, el cambio climático, la economía y la distribución territorial. Ya no se puede intervenir en estos elementos por separado. Todos van en el mismo paquete, teniendo en cuenta que el territorio de Balears es finito, pero también lo es la Tierra entera. Si aumentamos la población, hay que aumentar también el espacio urbano y la agricultura, y eso va en detrimento de los bosques, que son imbornales de CO2, y nos perjudica en la lucha contra el cambio climático. El incremento de población también nos obliga a traer más productos de fuera, lo que nos perjudica igualmente contra el cambio climático.
Es decir, habría que tomar medidas en paralelo.
—Sí. Intervenir en un solo factor sería inútil en nuestro modelo económico. Por ello hay que acompasar las intervenciones en todos esos elementos aparentemente dispersos.
Pero las intervenciones ya deberían haberse producido.
—El modelo económico acabará cayendo solo. Si crece para atender la demanda, caerá por alguno de esos elementos y todo se desmoronará. No sé qué factor caerá primero, pero ya tenemos indicios: no tenemos suficientes médicos, enfermeras, maestros de Primaria o camareros. Ha crecido la población y han crecido los precios, y la presión turística sube el precio de los alquileres.
A mayor crecimiento, mayor riesgo de caída del modelo.
—Es que si vienen dos millones más de turistas, ¿quién les va a servir? Porque va a ser muy difícil que alguien venga a trabajar en el turismo y tenga que pagar los precios desorbitados de los alquileres. Y si vienen dos millones más de turistas, hay que traer más productos de fuera y, por tanto, más cambio climático. Vamos por ese camino. Después de la pandemia, no dejamos de batir récords. Podemos instalar más energías renovables, pero eso no puede justificar que crezcamos más. ¿De qué sirve instalar más renovables si van a venir más aviones, más barcos, más pasajeros y más mercancías?
Alguien dijo que nuestro territorio, insular y pequeño, sería perfecto como modelo de descarbonización.
—Es evidente. Podría funcionar como laboratorio de descarbonización y servir de ejemplo a territorios más grandes, pero no estamos yendo por ahí. E incrementar precios y la ecotasa no va a frenar la afluencia turística. No podemos continuar con un modelo que atiende el crecimiento de la demanda. Ahora sufrimos muchos atascos de tráfico. ¿Todavía queda alguien que crea que se van a solucionar con más autopistas? Llegará un momento en que uno de esos factores mencionados caerá y los políticos se encontrarán en una situación en la que no sé si tendrán capacidad suficiente de respuesta.
En la lección inaugural de la UIB, entre otros, dio el dato de la proporción entre superficie y emisiones.
—Si el 100 % del territorio de las Islas estuviera poblado por árboles y mantuviéramos nuestras emisiones actuales, necesitaríamos una superficie 20 veces mayor. En definitiva, tenemos que bajar nuestras emisiones, aunque incrementemos nuestra cubierta vegetal. Aun así, no sería suficiente, no compensaría, por lo que la reducción de emisiones tiene que ser firme y drástica. Ahora bien, mejor sembrar diez pinos que no sembrarlos.
¿No hay otra forma de reaccionar que a base de bofetadas de realidad? ¿El Pacte per la Sostenibilitat promovido por el Govern es una reacción?
—Llevamos décadas de protocolos y acuerdos contra el cambio climático que no se cumplen. Habrá que ver qué avances supone el Pacte per la Sostenibilitat. Es verdad que hay empresarios que han empezado a tomar decisiones en una línea de sostenibilidad, no sé si por convencimiento o porque están empezando a comprobar que hay cuentas que no les cuadran.
Como catedrático de Fisiología Vegetal, ¿ve compatibles los parques fotovoltaicos con la actividad agraria?
—En principio, sí. Dependerá de la orientación, el ángulo de inclinación y la altura de los paneles, que incluso pueden dar sombra a los cultivos y ahorrar agua. Eso sí, todo el valor paisajístico se perderá.