La Asociación de Inmobiliarias Nacionales e Internacionales de Baleares (Abini), reclama al Govern un plan de reconversión de la planta hotelera madura de las Islas. Así lo anuncia su presidente, Hans Lenz. En este sentido, argumenta que hay instalaciones hoteleras de las zonas maduras que necesitan una puesta a punto, con la finalidad de atraer un turismo de mayor calidad y reducir, en la medida de lo posible, el de borrachera.
Lenz recuerda que cuando el actual alcalde de Palma, Jaime Martínez, era conseller de Turisme se puso en marcha un plan de reconversión, cuyos incentivos fiscales dieron lugar a inversiones por parte de las empresas hoteleras por valor de 1.400 millones de euros. Sin embargo, lamenta que el Pacte del Progrès, presidido por Francina Armengol, lo derogase, ya que tuvo como consecuencia la paralización de estas inversiones.
Interés de las grandes hoteleras de lujo internacionales
El presidente de Abini insiste en la necesidad de volver a aprobar un plan de reconversión de las zonas maduras, ya que asegura que se debe modernizar una parte de la planta hotelera de las Islas. A su modo de ver, sería una oportunidad para las grandes empresas hoteleras de lujo internacionales, ya que están muy interesadas por implantarse en el Archipiélago balear y tienen dificultades para hacerlo.
Estas prestigiosas compañías de renombre buscan grandes extensiones de terreno, ya que quieren ofrecer a sus clientes habitaciones amplias, así como zonas comunes de gran calidad: jardines, zona de wellness, restaurantes, etc. Lenz insiste en que, «afortunadamente», la normativa urbanística de las Islas impide construir en suelo rústico, por lo que la única opción es que estas empresas compren hoteles ya existentes, pero que reduzcan el número de camas para poder hacerlas más grandes.
«Para algunas de estas empresas no es rentable eliminar tantas camas para hacer zonas comunes y habitaciones más amplias y lujosas, pero si tuviesen ciertos incentivos fiscales sí podría serlo», razona. De este modo, estima que «se reduciría el número de turistas, aliviando la sensación de saturación y masificación»; al tiempo que «el turismo de borrachera sería sustituido por otro de calidad».
Efectos muy positivos
El presidente de Abini expone que esto sería muy positivo para Baleares, en general, y para la economía, en particular. Entre otros asuntos, los puestos de trabajo del sector turístico tendrían que ser más cualificados, lo que implicaría salarios más elevados. Esto también beneficiaría a la oferta complementaria, que también sería de mayor calidad y, por tanto, tendría los mismos efectos. «Todo está relacionado entre sí y el turismo de calidad tiene efectos muy positivos para las Islas», concluye.