La decisión de Vox de romper con el PP después de que Marga Prohens aceptara la acogida de 10 menores extranjeros no acompañados tuvo una rápida respuesta por parte de la presidenta. Marga Prohens anunció que, a partir de ahora, dejará de aplicar los 110 puntos que pactó con Vox y se centrará en cumplir el programa con el que se presentó el PP a las elecciones.
Prohens queda liberada de cumplir, precisamente, algunos de los asuntos que más le han incomodado como consecuencia de su pacto con Vox, especialmente en materia lingüística. Ya ha quedado claro que la Oficina de Libertad Lingüística de Vox queda enterrada, pero el pacto incluía temas sensibles en la materia que ya no seguirán adelante y que se redactaron de manera calculadamente ambigua.
Uno de estos puntos que no se desarrollará implica modificar las normas que supongan una «imposición lingüística». Vox entendía que eso implicaba una modificación o incluso la derogación de la Ley de Normalización Lingüística. Este mismo punto añadías: «Se hará el desarrollo normativo correspondiente para garantizar que el desconocimiento del catalán no penalice en el acceso a la función pública». También aquí Vox entendía que el catalán tenía que dejar de ser un requisito para ser empleado público.
Otros puntos que ya no se desarrollarán porque se introdujeron por exigencia de Vox es la realización de una auditoría de los organismos y empresas para eliminar «aquellos que no reporten beneficios claros» y que supongan «un gasto superfluo». Es lo que Vox califica como ‘chiringuitos'.
Los ya exsocios de Prohens incluyeron también en el programa la aprobación de una ley de apoyo a las familias y la presión al Gobierno para exigirle una modificación de la ‘ley trans'. Está por ver qué pasa con dos leyes que en estos momentos están en tramitación a petición de Vox, la derogación de la ley de Memoria y la que permite a los menores acudir a los toros. Prohens ya ha dicho que se estudiarán y que pueden sufrir cambios durante la fase de tramitación parlamentaria.