El director del aeropuerto de Son Sant Joan, Tomás Melgar (Palma, 1969), asegura que las inundaciones del pasado día 11 fueron un hecho puntual derivado de unas precipitaciones excepcionales justo en plenas obras de remodelación. Promete que no se repetirá, y también que el objetivo del proyecto no es aumentar la capacidad, sino la calidad del servicio.
Aseguran que ya han tomado medidas. ¿Pueden asegurar que no se volverán a producir las inundaciones de hace dos semanas?
Estamos inmersos en un proceso de obras muy complejo porque son actuaciones importantes que estamos realizando con el aeropuerto operativo. Lo que ocurrió es que había unas zonas no terminadas -aunque estén abiertas al público- donde tuvimos varias entradas de agua que no deberíamos haber tenido. Se ha analizado, se han tomado medidas y se le prestará atención especial. Ese día se sabía que iba a llover, pero no que las precipitaciones fueran a ser de este calibre, por lo que tampoco habíamos puesto en marcha ninguna medida específica.
También tienen en marcha un proyecto para mejorar el drenaje en toda la superficie del aeropuerto y la zona del Pla de Sant Jordi.
Estamos trabajando con la Dirección General de Recursos Hídricos porque la zona del Pla de Sant Jordi cada vez tiene más problemas de drenaje, no solo del aeropuerto, sino de todo el entorno. Tenemos un proyecto en marcha desde hace un par de años para mejorar el drenaje y queremos acelerarlo al máximo.
¿Qué tiempos manejan para las obras de remodelación?¿Cuándo estarán acabadas?
Es un proyecto muy ambicioso que durará varios años. Estamos en el segundo año de obras y hemos hecho la parte más importante del módulo A, que es la parte que usan los pasajeros británicos, básicamente. Se ha acondicionado toda la planta alta para embarques: toda la oferta de restauración y comercial es nueva y se ha creado una zona más amplia para control de pasaportes. Vamos a alargar en los próximos años ese edificio con un dique para tener más fingers.
¿Qué novedades que van a entrar antes en funcionamiento?
Para noviembre vamos a tener ya los nuevos filtros de seguridad operativos en la planta segunda, junto a los mostradores de facturación. Durante el invierno trabajaremos en la planta cuarta, la que acoge el actual control de seguridad y el duty-free, que se cambiará entera. La intención es que esté finalizada el verano que viene. La parte gruesa de toda la obra va a ser el invierno que viene y el principio del verano siguiente; a partir de ahí quedarán solo cosas menores.
¿Qué previsiones de pasajeros manejan para este año?
Ahora mismo la oferta de asientos de toda la temporada está un 8 % por encima del año pasado. Hemos tenido un crecimiento importante de marzo a mayo y se prevé que sea más moderado en verano para volver a intensificarse en octubre, consecuencia de que la temporada se esté aplanando.
¿Las obras están encaminadas a aumentar la capacidad?
No, están encaminadas a mejorar la experiencia del cliente. Cuando aumentamos el número de fingers, por ejemplo, es porque queremos que haya más aviones con pasarelas que con jardineras. Nuestra capacidad punta -que sería el equivalente a las camas que tiene un hotel- es la misma desde hace casi 20 años: 33 movimientos de llegada y 33 de salida. Eso no lo pensamos cambiar. Lo que queremos es que haya más espacio para que la gente se pueda mover con comodidad, disminuir recorridos y hacerlos más sencillos, agilizar el control de seguridad, etc. Desde hace muchos años estamos volcados hacia la comodidad del pasajero e intentamos que el paso por Son Sant Joan sea lo más agradable posible y que las aerolíneas puedan operar con la mayor facilidad.
¿Qué aportaciones harán en la Mesa del Pacto por la Sostenibilidad?
Nos hemos abierto a ayudar todo lo posible porque nuestra vocación es de servicio.
Tienen al sector del transporte discrecional en pie de guerra por enviarles a un parking de pago.
La movilidad terrestre de los viajeros que llegan al aeropuerto está cambiando. Antes teníamos un gran parking de autocares -quizás el mayor de España, y además en primera línea-, pero ahora han crecido las VTC, de coches de alquiler, taxis precontratados... Hasta ahora teníamos la dársena y ellos mismos se organizaban, pero en los últimos años estaba siendo imposible: teníamos unos problemas bestiales, por lo que hemos tenido que organizarlo segmentándolo todo. Todo el mundo quiere estar al lado de la puerta de la terminal, pero ahí no caben todos.
¿Cómo se distribuirá a partir de ahora el servicio?
Hemos sacado un concurso con ocho empresas con un servicio premium que van a estar en primera línea. El resto de VTC van a un aparcamiento tarifado donde pagan lo mismo que cualquier pasajero. El problema con los buses es que los teníamos muchas horas en el parking, por lo que les hemos puesto una tarifa en la que la primera hora será gratis. Ya sé que es difícil para ellos porque los vuelos a veces no son puntuales, pero hoy día puedes consultar esa información desde el móvil. Hay que cambiar las dinámicas, no tenemos capacidad para que todos los buses estén esperando en la puerta. Y en cuanto a los taxis, estos lo tienen gratis porque es así por ley. Para el verano próximo lo tendremos todo más organizado, aunque este año ya se está notando mucho.
Las colas de coches estacionados en los accesos a la zona de llegadas también están creciendo.
Tenemos el parking exprés con posibilidad de parar 15 minutos, que es más que suficiente, pero hay gente que llega antes y se pone allí creando un verdadero problema. Hemos intentado evitarlo haciendo el carril más estrecho, pero lo siguen haciendo. Esto está generando un problema y algún día podemos tener un accidente.
¿Por qué no se dispone vigilancia o la presencia de la Policía Local?
Le hemos pedido ayuda al Ayuntamiento porque nosotros no tenemos policía suficiente. Cuando la cola que se forma es muy larga, les llamamos porque son los únicos que pueden hacer algo. Nuestra petición es que se encarguen ellos porque es su competencia, no es cometido de los vigilantes gestionar el tráfico. El Ayuntamiento nos dice que nos va a ayudar, pero no lo acabamos de ver.
¿Hay planes para sumar más conexiones de largo radio como la de Nueva York?
Nuestros mercados no son los de larga distancia, sino Europa. Estamos abriendo el abanico a mercados como Francia e Italia, que crecen más que Alemania o Reino Unido. Los vuelos a larga distancia se apoyan normalmente en hubs y nosotros estamos muy bien conectados a muchísimos de ellos. Si se llega a la conclusión de que hay alguna ruta interesante como la de Nueva York -con el avión que llega lleno todos los días- se estudiará.
¿Habrá repercusiones negativas en la conectividad de las Islas con la compra de Air Europa?
La Comisión Europea vela por proteger la libre competencia. El riesgo sería que bajara, pero las medidas van a ser suficientes y no va a afectar. La conectividad también la vamos a mantener porque son rutas que funcionan muy bien y las van a asumir otras compañías.