La quiebra del teóricamente potente touroperador alemán FTI ha sacudido al mundo turístico en Mallorca, pero también en el país germano y en todo el continente. El inesperado anuncio de una empresa de referencia ha cogido por sorpresa a todo el sector, pero también a algunos de los visitantes que llegaban este lunes al aeropuerto de Son Sant Joan, donde la logística (oficinas, autocares...) de la firma seguía operando con aparente normalidad para ofrecer los servicios contratados.
Esa tranquilidad la reflejaban los teóricamente afectados en primera persona por la quiebra, quienes mostraron su confianza en las garantías por parte de FTI y de las autoridades a la hora de garantizarles sus vacaciones en la Isla pese al duro golpe recibido por parte de la empresa, y en consecuencia, por todo el sector turístico europeo.
Algunos de los pasajeros que llegaban a la terminal y que eran clientes de FTI, mostraban su sorpresa al recibir la noticia, aunque a su vez destilaban enorme calma y tranquilidad. Otros, por contra, ya se subieron a bordo con algo de información al respecto, reaccionando de igual manera. «Nos enteramos en el avión», aseguran.
Es el caso de Erwin y Karin Wetterich, quienes antes de volar hacia la Isla se habían enterado de la mala noticia, pese a lo cual no dudaron un segundo en seguir con sus planes. «Todo ha ido como siempre; hemos recibido el bono para el traslado en el mostrador y vamos para el autobús con la idea de pasar diez días en Mallorca», aseguraba ella. «Existe un seguro para este tipo de casos, no tenemos que preocuparnos por esto», apostillaba Erwin.
Una pareja procedente de Sajonia, que prefirió no revelar su identidad, trasladaba esa misma sensación de calma, pese a conocer la noticia de la quiebra de FTI a través de otros viajeros. «Hasta ahora, todo ha ido con normalidad», referían, mientras que Toni, el conductor de uno de los vehículos con el distintivo de FTI en Son Sant Joan, aseguraba tener noticias de la quiebra, pero tiene claro que «los turistas no tienen dudas, todos confían en que las vacaciones transcurrirán sin contratiempos».
Cabe recordar que este lunes saltó a la luz pública la bancarrota del tercer operador turístico alemán, FTI. Pese al rescate previsto por un fondo estadounidense (Certares), un agujero financiero de cerca de un millón de euros no habría permitido continuar con las actividades durante los meses de verano. Desde el touroperador se lanzó un mensaje de tranquilidad hacia los clientes. «En colaboración con la Caja Alemana de Seguros de Viajes (DRSF), nos esforzaremos en que todos puedan completar las vacaciones tal y como estaban pactadas. Si no fuera posible, se organizaría un viaje de regreso», aseguraban desde FTI.
La empresa ya arrastraba una situación de crisis desde antes de la pandemia y se mantuvo a flote gracias 595 millones de euros aportados por el Fondo de Estabilización Económica (FSM) del gobierno federal y otros 280 millones de euros del banco interno UniCredit, garantizados por el gobierno y el estado federado de Baviera. Pese a todo, la quiebra ha sido inevitable.