Álvaro Ortega es el director de la clínica Fertilitas especializada en la naprotecnología, una nueva técnica para abordar el proceso de fertilidad que pasa por detectar las causas y así tener hijos de forma natural. Su popularidad ha aumentado desde que sumó a su cartera de clientes a Íñigo Onieva y Tamara Falcó.
¿Qué es la naprotecnología?
Es un procedimiento médico desarrollado en EEUU por el ginecólogo y obstetra el Thomas W. Hilgers que consiste en un procedimiento muy exhaustivo que busca la causa subyacente de la infertilidad para así tratarla médicamente. Se trata de un problema de salud y queremos conocer las causas tanto en el hombre como en la mujer para tratarlas y que puedan ser padres de forma natural.
La principal causa debe ser la edad.
Contra la edad avanzada no hay nada que se pueda hacer más que concienciación social. Dicho esto, también hay muchas causas de salud que afectan a la fertilidad y se pueden tratar, ése es nuestro foco de atención.
¿Por ejemplo?
Las causas en la mujer suelen ser endometriosis, ovario poliquístico, disfunción hormonal o trastornos de la ovulación. Mientras que en los hombres es común el varicocele testicular; el hidrocele que es un cúmulo de líquido que rodea el testículo, los trastornos hormonales…
¿Conocer las causas de la infertilidad no es algo que deberían hacer todas las clínicas antes de un tratamiento?
La lógica dice que se debería hacer ese examen pero… El distintivo que aporta la naprotecnología es su proceso exhaustivo de diagnóstico. Para ello se hace un registro ginecológico y a través del Método Creighton que permite monitorizar con precisión el ciclo de la mujer a diario a través de biomarcadores. Esto nos deja identificar alteraciones en el ciclo y nos da la información necesaria para después hacer pruebas diagnósticas en días concretos y ser más precisos. Es lo que nos permite tratarlo médicamente con un plan personalizado.
¿Cuánto tiempo se monitoriza el ciclo de la mujer?
El registro se inicia con la primera consulta y se mantiene hasta el embarazo porque se hacen tratamientos personalizados en base a las patologías encontradas. Vemos la eficacia, si hay que reajustar dosis o abordar otras vías de actuación.
¿Y si el problema lo tiene el hombre?
Es más sencillo porque un seminograma nos dice cómo está su fertilidad. Si va bien se descarta y si está alterado se busca la causa clínica. En los casos severos introducimos la punción testicular que nos permite analizar hasta 200 células y alcanzar la precisión diagnóstica.
¿Cuál es el porcentaje de éxito?
El estudio hecho más conocido arroja una eficacia del 56 % de nacimientos. Nuestra experiencia en Fertilitas es similar. Se calcula que hay un diagnóstico de infertilidad de origen desconocido en el 46 % de las parejas con este problema. En principio todas las pruebas les van bien o los hay con una patología identificada pero es incompleto.