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El proceso de niña a mujer se adelanta

La pandemia de la COVID-19 podría haber influido, pero hay muchas otras causas

Los casos de pubertad precoz se han incrementado. | Freepik

| Palma |

Las niñas cada son mujeres a edades más tempranas debido al aumento de los casos de pubertad precoz. Se trata de una realidad que se está dando a nivel global y de la que no escapa Baleares. Esta circunstancia ha podido ser constatada con la doctora M. Isabel Martín, coordinadora de pediatría de Atención Primaria del IB-Salut, basada en su experiencia profesional. No obstante, precisa que no hay datos actualizados, ya que los últimos publicados a nivel nacional corresponden al ejercicio 2020, aunque «sabemos que existe una tendencia secular en las 2-3 últimas décadas a un adelanto del desarrollo puberal/telarquia a nivel mundial».

«Se habla de pubertad precoz cuando el cuerpo de un niño sufre cambios puberales hacia los del adulto demasiado pronto. Concretamente, antes de los 8 años en la niña y de los 9 años en el niño. En el caso de que aparezca entre los 8 y los 9 en las niñas, y los 9 y los 10 en los niños, hay que denominarlo pubertad adelantada», explica la doctora. Se considera pubertad normal la que acontece entre los 8 y 13 años en las niñas.

La citada especialista, destaca que, «según un metaanálisis, la edad de telarquia (aparición del botón mamario por primera vez en la mujer) ha disminuido una media de casi tres meses por década desde 1977 hasta 2013». En este punto, argumenta que «una edad cada vez más temprana en el inicio de la pubertad puede cambiar la toma de decisiones diagnósticas actuales. La comunidad médica necesita datos actuales y relevantes para redefinir la pubertad precoz, porque la definición tradicional puede estar desactualizada, al menos en algunas regiones del mundo».

La doctora Martín expone que la edad media en la que se observan cambios físicos en genitales, pecho y vello púbico (la etapa 2 de Tanner) osciló entre 9,8 y 10,8 años en Europa; entre 9,7 y 10,3 años en Oriente Medio; entre 8,9 y 11,5 años en Asia; entre 8,8 y 10,3 años en Estados Unidos; y entre 10,1 a 13,2 años en África. Los datos ponen de manifiesto como la edad de la primera regla se ha ido adelantando a lo largo de la historia. Así, «en Europa la menarquia ha pasado de ocurrir aproximadamente a los 17 años durante la edad media a adelantarse a los 13 años en el siglo XXI:; mientras que en los últimos 25-30 años ha bajado hasta los 12 años, aproximadamente».

Pandemia de la COVID-19

La coordinadora de pediatría de Atención Primaria expone que «durante la pandemia vivimos una circunstancia excepcional y algunos estudios constataron un aumento de derivaciones por pubertad precoz. Esto llevó a muchos grupos de investigadores a querer saber qué estaba sucediendo; podría deberse a la suma de muchos factores y no a una única causa». En este punto, señala que «el confinamiento, el cierre de los colegios y la necesidad de distanciamiento social supusieron una disminución del ejercicio, más transgresiones dietéticas y un mayor tiempo frente a pantallas digitales. La ansiedad y la preocupación económica de los padres, junto con el miedo a enfermar, dieron lugar a una situación de estrés adicional en los niños. Estos factores psicológicos y ambientales estimulan la liberación de las hormonas que producen, responsables de los cambios puberales. Además, el aumento de conductas sedentarias se correlaciona con una elevación del peso e índice de masa corporal, que a su vez es un factor inductor de pubertad».

Relacionada con otros problemas de salud

La pubertad precoz también podría estar motivada por otros problemas de salud. Sin embargo, en la mayoría de los casos se desconoce la causa exacta, por lo que se llama «pubertad precoz idiopática». Sin embargo, la doctora señala que podría estar relacionada con las mejoras nutricionales y de salud, la estimulación generalizada y precoz del sistema nervioso y los disruptores endocrinos.

Otro dato relevante es que la pubertad precoz afecta más a las niñas, ya que tienen 10 veces más probabilidades de desarrollarla que los niños. La citada especialista añade que en el sexo femenino la edad de la menarquia se ha asociado con el índice de masa corporal (IMC) y mientras más alto es más se correlaciona con una menarquia más precoz, la menarquia no empieza poco a poco es un hecho. Un IMC más alto también se correlaciona con un desarrollo más temprano de las glándulas mamarias. Este efecto del IMC en el adelanto puberal no se ha observado en niños».

Raza

En ocasiones, la pubertad precoz puede obedecer a mutaciones genéticas que disparan la producción de hormonas sexuales; en estos casos suele haber más casos en la familia. La raza también tiene un papel en la edad de inicio de la pubertad. «Aunque se desconoce la causa, parece que las niñas afroamericanas comienzan con el desarrollo puberal un año antes que las niñas de raza blanca. Expertos en la materia aconsejan hablar de pubertad precoz en niñas afroamericanas solamente si comienza antes de los 6 años», declara.En los casos de adopciones internacionales, «sin conocer tampoco la causa, parece que las niñas adoptadas procedentes de países lejanos son entre 10 y 20 veces más propensas a desarrollar pubertad precoz que las que permanecen en sus países de origen. Se debe considerar que los errores en sus fechas de nacimiento, el potencial genético y una mala alimentación previa pueden afectar los resultados de los estudios».

Por su parte, el papel de «algunos productos químicos con estrógenos sobre la pubertad precoz no está claro. Se ha demostrado que en animales afectan a la fertilidad y a la pubertad. Estos artículos alteran el sistema endocrino ya que imitan y/o antagonizan la acción, síntesis o degradación de los esteroides sexuales endógenos». Cabe destacar que «se conocen casi 800 productos químicos capaces de comportarse como ciertas hormonas y activar o bloquear diferentes funciones. La dificultad para valorar el efecto nocivo de estas sustancias es que son activas ya en periodo fetal y tienen un largo tiempo de latencia. Además, presentan sinergias con otros contaminantes y su actividad podría ser potenciada por la acción de ciertos componentes de la flora intestinal». A su modo de ver, «se necesita más investigación sobre qué químicos y cómo pueden actuar como disruptores endocrinos en asociación con el inicio de la pubertad».

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