Vox no cede y abre una batalla para conservar la presidencia del Parlament. El todavía president, Gabriel Le Senne, ha anunciado que no renunciará al cargo y se prepara para seguir en el puesto pese a que el día anterior había dado por hecho su cese desde este miércoles, fecha en la que la Mesa del Parlament debe dar trámite a su petición de expulsión del grupo parlamentario. La dirección nacional del partido ha dado instrucciones a los dirigentes de Baleares para que no cedan el puesto y prepara informes jurídicos para mantener la presidencia. «La cuestión jurídica no está tan clara», añade.
El president del Parlament pedirá mañana que los escritos de expulsión queden sobre la mesa y no se tramiten a la espera de que los letrados elaboren una serie de informes jurídicos al respecto. La petición deberá votarse en la Mesa, donde, además de Le Senne, hay dos representantes del PP y otros dos del PSIB, por lo que se da por hecho que la propuesta de Le Senne saldrá adelante con el apoyo del PSIB, a la espera de saber qué hará Vox. De esta forma, la posible expulsión se debatiría una vez existan los informes.
El todavía presidente ha confirmado que ha recibido instrucciones de Madrid de pelear el cargo. Asegura que pedirá un informe a los letrados del Parlament para ver qué opciones hay para seguir en el puesto. «Yo no tengo ninguna ambición para estar en este cargo, que es una carga, que he asumido con sentido del deber, pero lo hago siguiendo las instrucciones del partido, que es lo que hago ahora, porque soy un hombre de partido», ha señalado este martes en declaraciones a Ultima Hora.
El partido está estudiando «jurídica y políticamente» cómo hacerlo y asegura que su situación no es comparable a la Xelo Huertas, diputada de Podemos, expulsada de su grupo que fue apeada de la presidencia del Parlament a los pocos meses de mandato. «El caso de Xelo Huertas es lo contrario porque ella fue expulsada de su partido, cosa que no es mi caso», ha dicho.
Le Senne ha recordado que se hizo una modificación del reglamento para facilitar la expulsión de los diputados díscolos con el partido. «Aquí pasa todo lo contrario, porque son los rebeldes quienes quieren expulsar a los leales», precisa. «Es una cuestión compleja y hay que estudiarla con tranquilidad», añade.