El anterior equipo municipal, liderado por el exalcalde José Hila, habría pactado con la Plataforma de la Inmigración que técnicos y profesionales del Ajuntament visitaran las viviendas de los extranjeros que solicitaban el empadronamiento para aceptar o rechazar la petición, según constata el portavoz de la entidad, Farouk Pino.
Iba a ser una fórmula más para reducir la engrosada lista de espera para el padrón municipal. Al final no se hizo pero esta vía «podría terminar con la problemática actual, y habría más controles de quiénes se empadronan en un mismo piso y cuántas personas», según Farouk Pino. Desde Metges del Món han detectado en estos últimos meses personas que les verbalizan que sufren este «abuso económico».
En marzo, diversas ONG alertaban en el Parlament de que el empadronamiento era la «gran barrera» de las personas sin un hogar para acceder a los recursos sociales, sanitarios y de todo tipo, y que la problemática estaba en que había propietarios que les exigía «hasta 100 euros» al mes para permitirles el padrón municipal.