Los comercios agroalimentarios de Mallorca desempeñan un papel crucial en la economía local, así como en la vida cotidiana de sus habitantes. Mallorca, con una rica tradición agrícola, destaca por la calidad y diversidad de sus productos agroalimentarios, lo que la convierte en un importante centro de actividad económica y cultural. Así pues, la primera edición de los Premis Gastronòmics Mallorca ha homenajeado a este sector con cinco premiados en la categoría Promoció Agroalimentaria.
Can Company fue galardonado con el Premi Producte Local i Proximitat en la primera edición de los Premis Gastronòmics Mallorca. Javier Irazusta, propietario de Can Company, expresó su entusiasmo por el reconocimiento y destacó la importancia de «la labor que se está realizando por recuperar las tradiciones, por innovar con ellas y divulgar la cultura mallorquina, tanto en Mallorca como fuera de la Isla».
El Premi al Millor Forn o Pastisseria recayó en el Fornet de la Soca. Tomeu Arbona, propietario del negocio, resaltó la importancia de poner en valor a todos los actores que contribuyen a ensalzar la gastronomía mallorquina y «no solo a los grandes chefs, que han sido merecedores de ello, sino también a los pequeños productores, artesanos y a la gente que se compromete con la creatividad con sentido, la producción responsable, el producto justo y el trabajo bien hecho».
En Mallorca, donde la tradición vinícola y la excelencia culinaria se unen, las Bodegues Macià Batle se alzaron con el Premi Millor Vi o Bodega. En cuanto a la influencia de estos premios en el sector gastronómico mallorquín, Ramón Servalls, director de la bodega, agradeció a los organizadores la convocatoria de unos premios que «dan a conocer la clara apuesta de todo el sector vitivinícola y gastronómico de Mallorca por una calidad que se consigue con dedicación, trabajo e ilusión».
Feria Horeca Balears recibió el Premi Mecenatge i Patrocini. La empresa valoró estos premios como una herramienta para destacar la labor constante del sector gastronómico mallorquín. Sonia Soriano, responsable de la Coordinación de Horeca, apuntó que «nuestra esencia reside en conseguir que los productos y productores locales tengan la mayor repercusión posible en el mercado profesional Horeca».
Por su parte, Andreu Genestra, que recibió el Premi Divulgació i Promoció de la Gastronomia Mallorquina, comenta que «este mérito es el reconocimiento a todo un equipo humano sin lugar a duda; y es que un restaurante es un conjunto de personas que luchan hacia un mismo objetivo. No existiría Andreu Genestra sin un gran equipo humano que lucha con ilusión para dar lo mejor. Cada uno aporta su granito de arena para evolucionar y sumar cada día y cada temporada».
La primera edición de los Premis Gastronòmics Mallorca fue un éxito, y se espera que se consoliden en el futuro. Los galardonados expresaron su compromiso con la promoción de la gastronomía local y la necesidad de seguir reconociendo el trabajo en este campo. En este sentido, Javier Irazusta sostiene que «Mallorca es muy rica en cultura gastronómica, por lo que hay motivos más que suficientes para seguir reconociendo el trabajo desempeñado en las Islas en este sector». Mientras que Tomeu Arbona expresó su confianza: «Los premios nos animan a superarnos». En esta línea, Ramón Servalls expresó su esperanza de que esta iniciativa se convierta en una tradición anual: «deben consolidarse y ser un incentivo para trabajar con más ganas y más ilusión».
En un mundo en constante evolución, la divulgación de la cultura gastronómica local es imprescindible. Por eso, Javier Irazusta comenta que «en Can Company tratamos de transmitir la tradición a las nuevas generaciones de futuros cocineros a través de las escuelas de cocina. Cultivamos y conservamos variedades locales, gestionamos explotaciones de ganado en extensivo y recuperamos e innovamos con productos de Mallorca». La promoción del sector es un trabajo sin descanso y para Tomeu Arbona la divulgación debe centrarse «en el producto local y la soberanía alimentaria; en el respeto y la puesta en valor de la cocina tradicional; y en el apoyo a los pequeños productores y artesanos». Mientras que Andreu Genestra apunta que «la promoción de nuestra cultura gastronómica debe enfocarse en el trabajo de los pequeños productores y en cómo nos estamos adaptando al cambio climático. Queda mucho por hacer y mucho que mostrar».
Cuando se trata del estatus del vino mallorquín a nivel nacional e internacional, Ramón Servalls subraya que «Bodegues Macià Batle ha ganado más de 375 premios internacionales, este mismo año fue elegida como una de las 10 mejores bodegas de España por la asociación Sumilleres de España. Pero no nos conformamos. Queremos seguir creciendo y que nuestros vinos se puedan disfrutar en muchos más países». De igual forma, Sonia Soriano explica que la difusión, en este contexto, debe estar centrada en la sostenibilidad y en no perder sus raíces: «En este mundo de globalización, prisas y necesidades económicas no podemos perder lo que nos hace únicos y diferentes». Irazusta también subraya la importancia de la circularidad económica y medioambiental en la gastronomía local y resalta que «Can Company es una empresa circular y sostenible. Trabajamos con razas autóctonas en extensivo alimentadas por los cereales cosechados en nuestras explotaciones agrícolas».
Por su parte, Arbona destaca la importancia de reconocer la contribución de la gastronomía al bienestar y la cultura, además de su valor intrínseco como una forma de arte culinaria. «Este tipo de reconocimientos son muy importantes. Programas gastronómicos como Masterchef, entre otros, nos han negado una gran verdad que hay detrás de unos fogones: la importancia del paisaje, el lugar donde nos encontramos, el valor del esfuerzo, la perseverancia, el valor de los productos que se utilizan y la comida como algo a respetar. La buena gastronomía hace una gran labor en favor de la salud, del bienestar y es un componente cultural incuestionable. En su conjunto ayuda a entender la comida como cultura».
Finalmente, desde Bodegues Macià Batle, Servalls aseguró que «muchas veces, por desconocimiento, se nos valora más fuera de Mallorca que en nuestra propia isla, y por encima de todo, hay que poner en valor la excelente materia prima que tenemos. El producto de mallorquín puede competir con cualquier otro, y si se le trata con cariño da unos resultados extraordinarios».