Bronca y máxima tensión en el Parlament: el presidente de la Cámara, Gabriel Le Senne (Vox), apagó el micrófono a la presidenta del Govern, Marga Prohens (PP) cuando ésta intervenía; le preguntó si retiraba unas palabras del diario de sesiones y dio un turno más de palabra al socialista Iago Negueruela.
El origen de esta bronca sin precedentes –y que se produjo en una sesión ya de por sí polémica y cargada de reproches en la que aprobó la eliminación del requisito del catalán para optar a ejercer la medicina o la enfermería en la sanidad pública; debate del que se informa en estas mismas páginas– fue que, durante una respuesta al portavoz socialist que le había preguntado quiénes eran sus socios, Prohens respondió que no eran ni un «prófugo» ni «un terrorista que justifica el asesinato de guardia civiles». La presidenta, en su respuesta, exhibió una fotografía de Carles Puigdemont y otra del etarra apodado Josu Ternera.
El grupo Popular anunció que presentaría una queja ante el presidente de la Cámara –por dar un un turno más al socialista–, la propia presidenta, que también exteriorizó con gestos su malestar, se lo comunicó en privado y el grupo de Vox abandonó el pleno aunque luego se reincorporó.
La sesión ya presentaba de por sí movida pues incluía variados asuntos para la polémica en el turno de preguntas. Pero lo que no se esperaba es que el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ni el terrorista que estos días está de actualidad por una película estrenada en el festival de cine de San Sebastiàn comprarán protagonismo en el Parlament aunque fuera en forma de fotografía.
«No pensaba hacerlo pero su falsa superioridad moral me obliga», dijo Prohens tras mostrar primero la foto de Puigdemont y luego la de Ternera. «Estos no son mis socios y pienso que tampoco deberían ser socios de un Partido Socialista Obrero y Español si todavía le queda algo de partido de estado», concluyó la presidenta del ejecutivo entre aplausos de su grupo y quejas de los socialistas.
La «inquisición linüística»
Negueruela aprovechó una segunda pregunta a Prohens para aludir a la respuesta que le había dado en la primera. El presidenta de la Cámara le dijo que debía atenerse a la cuestión –le preguntaba sobre el uso de las lenguas en el Congreso– pero le apuntó el artículo del reglamento que le permitiría responder. El socialista lo hizo y Le Sennse le otorgó tres minutos. El PP protestó y la presidenta visibilizó su contrariedad. «Le pido que retire esas alusiones y la foto [algo que es imposible] porque me parece indigno que una presidenta de todos recurra a esos extremos. También nosotros hemos sido víctimas de ETA. No todo vale en política», dijo el socialista. El PP pidió la palabra para que interviniera Prohens y Le Senne se la concedió. Le preguntó si retiraba lo dicho y afirmó que no. Siguió hablando y el presidente le apagó el micro. Prohens, finalizado el turno de preguntas se reunió con Le Senne en su despacho.
El pleno ya se había iniciado con una cuestión polémica: si el PP apoyaría o no la proposición de ley de Vox por la que se crea la oficina de Garantías Lingüísticas y que para el PSIB es «una oficina de inquisición lingüística, según la definió el diputado Carles Bona en una pregunta al conseller d'Educació, Antoni Vera.
Vera afirmó que se cumplirían los acuerdos del PP con Vox y que esa oficina es para garantizar «la igualdad y la equidad de las dos lenguas» y que el paraguas para su aplicación serán la Constitución y el Estatut. También hubo preguntas de Lluís Apesteguia (Més per Mallorca) sobre este asunto a Prohens, quien reiteró que la propuesta de Vox no es la suya y que se modificará.
Según Apesteguia, el Govern, de la mano de Vox, sólo pone trabas al catalán y rechaza cualquier medida para impulsarlo, que es lo que debería de hacer por mandato estatutario. De acuerdo al líder de Més per Mallorca, el uso social del catalán está en el 37,9 por ciento, lo que demuestra que «es el que necesita apoyo y no el castellano».
En el pleno, aunque lo ocurrido con la exhibición de fotos por parte de Prohens dejó todo lo demás en segundo plano, también volvió a aludirse al caso de la consellera Vidal, quien reiteró que se desligó de sus sociedades lo más rápido que pudo.