La Assemblea Ciutadana pel Clima de Mallorca retoma la actividad con el nuevo curso político. Su equipo coordinador se reúne este lunes para, entre otras cuestiones, establecer un primer calendario de reuniones con los equipos de gobierno del Pacto PP-VOX de cara a exigirles el cumplimiento de los compromisos adquiridos en la lucha contra el cambio climático por los ejecutivos del Pacte de Progrés tanto en el Govern como en el Consell de Mallorca.
La Assemblea presentó el pasado mes de marzo sus 56 propuestas para afrontar la crisis climática desde la perspectiva de Mallorca. Fue el resultado de un proceso que protagonizaron 60 personas de entre 16 y 80 años que, sin conocerse antes entre ellas, se reunieron en cinco sesiones entre noviembre de 2022 y febrero de 2023.
Entre las propuestas aprobadas, y en lo que se refiere a ecosistemas, la asamblea propone un plan de gestión forestal adaptada al cambio climático, el aumento de zonas marinas protegidas y la gestión del acceso a las playas, limitando aforos con preferencia para los residentes, sobre todo en las más masificadas. En suelo rústico, limitar las construcciones a actividades agrícolas y prohibir nuevas viviendas, y obligar a cultivar las parcelas de más de 7.000 metros cuadrados (una quarterada) o cederlas a un payés.
Respecto al transporte, la propuesta más señalada de la asamblea en este ámbito es establecer un número máximo de visitantes por vía aérea o marítima en Mallorca. Incluye un límite al número de vuelos y la penalización a las aerolíneas cuando sus trayectos no lleguen al 85 % de capacidad. También se pide la ampliación de la red integrada y gratuita de bus y tren, limitar la entrada y uso de coches privados en los núcleos urbanos, y regular y limitar los coches de alquiler, con flota eléctrica o híbrida en 2030.
Además, se propone definir la capacidad de carga de Mallorca y regular todas las actividades derivadas para prevenir daños ambientales y contener el cambio climático. También referida a playas y calas, la asamblea considera necesario un límite de embarcaciones, a las que sólo se podrá acudir con cita previa, y la implantación de fondeos ecológicos.
También se aprobó la reducción progresiva hasta 2030 de un 40 % de las plazas hoteleras, con beneficios fiscales para la oferta que las elimine y reduzca residuos y el consumo de agua, energía y alimentos. Otras propuestas de transporte se refieren a una limitación más ambiciosa que la actual en los cruceros y que éstos, cuando estén amarrados, tengan los motores apagados y conectados a la red eléctrica, así como límites al transporte privado de yates y jets.
En energía, la Assemblea pide paneles renovables obligatorios en todas las cubiertas que lo permitan en cinco años, con prioridad en industrias y hoteles. Y en gestión del agua, la prohibición de nuevas piscinas, la mejora de la recogida de agua en edificios públicos y privados y tanques de tormenta, entre otros.
El Govern y el Consell del Pacte se comprometieron el pasado mes de marzo a asumir como propias las propuestas aprobadas con un apoyo mínimo del 90 %, que fueron 32 de las 56, es decir, el 57 %. Con el pacto entre PP y Vox al frente de las principales instituciones de la isla tras las elecciones del 28M, la Assemblea retoma ahora su actividad para intentar que los nuevos equipos de gobierno renueven el compromiso en la lucha contra el cambio climático.
Y la retoma con ilusiones renovadas, según Pau De Vílchez, uno de sus impulsores «la experiencia fue un éxito y no podemos dejar que se pierda el entusiasmo de toda la gente que participó. Espera que los nuevos equipos de gobierno se muestren receptivos en querer reeditar la experiencia y en cumplir los compromisos adquiridos en la lucha contra el cambio climático: «Que personas de diversas edades, municipios y tipos de renta se pusieran de acuerdo en estas propuestas, de modo responsable y sin presiones externas, tiene un gran valor y demuestra que l'Assemblea es un espacio ciudadano que permite superar diferencias partidistas. Es mucho lo que nos jugampos.».
De Vílchez no descarta aprovechar la experiencia de la primera Assemblea del Clima para aplicar la misma fórmula a la hora de afrontar otros retos estructurales de Mallorca desde la participación ciudadana en colaboración con las instituciones, tal y como ya está haciendo en otros lugares.