Nadie del Govern ni del Parlament se ha puesto en contacto oficialmente con la Oficina Anticorrupción de Baleares para comunicarle su cierre. Y todo a pesar de les reiteradas peticiones de su director, Cristòfol Milán, para reunirse con el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, institución de la que este organismo cuelga políticamente y de la que no ha obtenido respuesta.
Es por eso que Milán ha enviado una carta a Le Senne con una nueva petición de reunión, esta vez formal, para «tratar un asunto de capital importancia como es el futuro de esta oficina». Fuentes de la Oficina Anticorrupción han mostrado su «sorpresa» por las informaciones aparecidas en respecto al cierre de esta oficina y por las declaraciones del vicepresidente y portavoz del Govern, Antoni Costa del pasado dia 8 de septiembre en las que calificó de «perfectamente prescindible» este organismo, sin que ningún representante del Parlament ni del Govern se haya puesto en contacto con la Oficina, «como seria institucionalmente procedente». Además de sorpresa, también ha causado malestar entre el personal de la Oficina Anticorrupción la intervención de Costa este martes en el Parlament, en la que ha calificado este organismo de «Oficina Socialista Antioposición».
Tal y como adelantó este diario, la Oficina Anticorrupción de Balears desaparecerá este mismo año. La presidenta del Govern, Marga Prohens, ya había anunciado que este organismo no continuaría si el PP ganaba las elecciones y su promesa se concretará en los seis primeros meses de su mandato: los Presupuestos del año que viene ya no destinarán una partida a este fin y la Oficina quedará extinguida antes de que acabe el año. Los responsables del Govern trabajan ahora en la manera de aprobar la disolución de un organismo que este año tiene un presupuesto superior a 1,3 millones de euros.