El crucero Britannia, que este domingo rompió amarras en el dique de Palma e impactó contra un petrolero, no puede salir de puerto al no contar con la autorización de Capitanía Marítima. La embarcación no sufre ningún daño importante que le impida navegar, pero debido al choque sí quedaron afectados botes y balsas salvavidas. La normativa internacional de navegación obliga a un buque a tener siempre más botes y balsas que pasajeros y la incidencia ahora no lo garantiza.
La naviera ha decidido cancelar así el crucero, el barco está atracado en el Puerto de Palma y la empresa ahora se plantea la opción de desembarcar a 400 pasajeros de los 4.000 que tiene a bordo para ajustarse a la normativa de seguridad y así poder continuar con la ruta. Esta es ahora mismo la opción más viable.
No obstante, el problema que existe en estos momentos es que no hay plazas hoteleras en Palma ni de avión libres para reubicar a estos 400 pasajeros, motivo por el que la empresa sigue estudiando nuevas opciones.