La solución del Ajuntament de Palma y la patronal de la Restauración de CAEB para facilitar el descanso de los vecinos en las zonas de ocio de la ciudad pasa, en un principio, por poner carteles informativos en los locales. Se trata de una campaña conjunta de concienciación ciudadana que se desarrollará en las zonas de Blanquerna, Passeig Marítim, Santa Catalina, la Llotja, Passeig Mallorca, Portitxol, Atarazanas, Platja de Palma, zona centro y Raimundo Clar, que es donde suele haber una mayor concurrencia de gente, sobre todo durante los fines de semana.
La Federación de Asociaciones de Vecinos, sin embargo, recuerda que ya se han tomado iniciativas en este sentido («llegan tarde pero esperamos que tengan más éxito», señala su presidenta Maribel Alcázar) y es más exigente a la hora de encontrar soluciones. Piden que se limiten el número de mesas, que se revisen las autorizaciones en las zonas más saturadas, que haya un mayor y mejor control de los horarios de cierre y, por qué no, que se eliminen licencias de actividad a quienes no cumplan con las ordenanzas.
Los carteles, incide Alcázar, «pueden ser buenos en sitios determinados», sin embargo, «cuando la gente sale de cenar en un restaurante, o está de vacaciones, levantar la voz es lo normal, un cartel no arreglará nada», reflexiona. «Cuando se ubica una discoteca en un zona residencial y cierra a las cinco de la mañana es difícilmente compatible», añade.
Si bien desde la Federación de Vecinos también recuerdan que la mayoría de los restaurantes y bares son respetuosos con el descanso, «sus usuarios son los mismos vecinos del barrio, y esto es muy agradable». El problema radica, sobre todo, en las zonas más turísticas, donde «hay otro tipo de negocios y de bares». La idea es que estos barrios no estuvieran tan masificados por este tipo de oferta porque «termina por afectar a la calidad de vida de los residentes quienes al final son expulsados», lamenta la representante vecinal de Palma.
Por su parte el presidente de Restauración CAEB, Alfonso Robledo, defiende la medida publicitaria que pasaría por poner adhesivos en las mesas de los locales, o carteles en su interior, con el apoyo de la administración.
Asegura que el problema del ruido y de los excesos en horario nocturno es social y que poco más se puede hacer desde el sector que ya ha tendido la mano para colaborar con los vecinos y con el Ajuntament. Aún así, «faltaría una campaña de publicidad institucional con el apoyo de otros sectores», añadió. El alcalde de Palma, Jaime Martínez, destacó que «el derecho al trabajo de la restauración y el ocio no debe estar reñido con el descanso vecinal».
Punto de vista
Residentes y restaurantes piden más policías
Si en algo coinciden los vecinos y los propietarios de los locales de restauración y bares es en la necesidad de que haya más efectivos policiales vigilando. Ambos colectivos lamentan que los cuerpos de seguridad no acostumbren a estar presenten en estos barrios en las horas de más conflictividad y, en caso de llamarles, acudan con retraso. También resaltaron la necesidad de que el descanso conviva con la actividad económica.