Miguel Sanz Castedo se graduó en Estudios Empresariales en el Reino Unido, donde también cursó un máster en Política y Economía Latinoamericana en la London School of Economics. Ha sido director de promoción de Turismo Madrid de la Comunidad de Madrid; Coordinador del Área de Turismo de la empresa municipal Promoción Madrid y, desde 2016, director de Turismo de la también empresa municipal Madrid Destino. En julio de 2020 fue nombrado director general de Turespaña. Esta semana ha estado en Palma para presidir los actos de Spain Tourism Summit 2023, enfocada en el mercado estadounidense y canadiense.
¿Cuáles son las previsiones de las OET respecto a este verano?
—Todo indica que son razonablemente buenas, como así pudimos ver en la World Travel Market y la ITB-Berlín. Todos los operadores trasladan a las Oficinas Españolas de Turismo (OET) aumentos de capacidad y volumen de negocio empresarial. Las perspectivas son buenas y se superarán los registros de 2019. El año pasado vivimos una coyuntura de recuperación rápida de visitantes y de gasto turístico.
¿Podemos hablar de un verano con saturación?
—El turismo es el motor del desarrollo económico y social, por lo que hay que hacer políticas turísticas que lo defiendan y que no repercutan negativamente. La saturación se produce en algunos componentes de la actividad turística, por lo que hay que saber gestionar el éxito con políticas turísticas innovadoras. Balears, dentro de esta estrategia, es modélica porque tiene aprobada una Ley de Turismo muy concreta, ha logrado regular la llegada de cruceros a Palma y conseguido la colaboración pública/privada para lograr el máximo consenso. Balears ha dado una respuesta clara a estos retos y evitar los desarrollos turísticos negativos que se han producido en otras zonas turísticas del Mediterráneo y del mundo.
¿Se está en el buen camino para consolidar la desestacionalización?
—La desestacionalización está ligada a la implementación de los productos de calidad en los destinos que buscan alargar la temporada. Debe imperar una coordinación entre los mercados emisores y los destinos receptivos, los cuales han apostado por productos diferenciadores para captar turismo de calidad y fidelizarlo.
Ha hablado de productos, ¿cómo ve el cambio de Palma como destino los 365 días de año?
—Palma ha registrado un cambio sustancial en positivo y es ejemplo claro de transformación de un destino urbano. Palma lo tenía todo y ha sabido poner en valor todos sus activos. Cuenta con una oferta hotelera urbana y boutique óptima y se ha convertido en un centro del turismo de negocios (MICE) gracias al Palacio de Congresos y a la apuesta del sector privado. Este cambio ha beneficiado a todo el tejido productivo de Palma y, por extensión, a la economía de Mallorca.
¿Cómo analiza este fenómeno?
—La historia de Balears es una historia de éxito en materia turística a todos los niveles. Las estrategias adoptadas por las administraciones, cual tablero de ajedrez, han sabido dar en el clavo y acertado en la planificación turística. A esto hay que sumar, que en las Islas se encuentran la sede de las principales multinacionales hoteleras vacacionales y que cuenta con empresarios modélicos que son un referente en los principales destinos vacacionales del mundo, por no decir en los cinco continentes.
¿Aquí, se puede encuadrar el proyecto de la marca hotelera Zel con Rafael Nadal y la familia Escarrer como protagonistas?
—Es una iniciativa privada loable en la que se unen las marcas más prestigiosas, como son Meliá a nivel hotelero y a Rafael Nadal, que es un atleta global. La marca Zel se una unión que está llamada a ser una historia de éxito.
¿Cómo valora la apuesta de los hoteleros por la sostenibilidad?
—Si tengo que poner un ejemplo, éste es el trabajo que realiza Iberostar en materia de innovación y sostenibilidad. Y, una vez más, surge desde Mallorca, donde tiene su sede corporativa. Es una apuesta que va a ir a más en todas las empresas turísticas españolas, porque es lo que demandan los mercados emisores y operadores.
¿Cómo analiza las estrategias comerciales de los destinos competidores de España?
—Hay una idea clave y es que no debemos competir en precios, sino en calidad. Hay que ofrecer la mejor relación calidad/precio (value for money) y esto debemos basar nuestra competitividad. Esto nos hará ser un destino rentable y apostar por todo lo que mejora la calidad, tanto en infraestructuras como servicios, alojamiento y resto de sectores turísticos.
Un destino turístico, más si es insular, se sustenta en disponer de puertos y aeropuertos de calidad. ¿Qué opina de AENA y su gestión?
—El ente público AENA realiza una gestión aeroportuaria impecable. Las aerolíneas y touroperadores resaltaron en 2022 su operatividad, porque los aeropuertos españoles, a diferencia del resto de europeos, funcionaron a la perfección y con unos índices de puntualidad envidiables por la competencia. AENA supo gestionar a la perfección el pasado año el flujo de pasajeros post pandemia y ha demostrado con hechos que está suficientemente preparada. Es también una gestión de éxito.
¿En está dinámica, como califica el vuelo directo de United Airlines de Nueva York-Newark a Palma?
—Visto lo sucedido se puede decir que hemos entrado en un círculo virtuoso en el que una aerolínea norteamericana apuesta por un nuevo destino, en este caso Mallorca, y los resultados superan todas las previsiones. El encuentro realizado en Palma estos días así lo demuestra.