Con los precios de los alquileres disparados en las Islas, a muchos ciudadanos de Balears ya no les queda más remedio que compartir piso para disponer de un espacio en el que vivir. No son compañeros de clase en la Universidad ni un grupo de amigos que alquilan un piso entre todos; ahora son trabajadores que no pueden permitirse pagar un piso con sus ingresos o parejas para quienes la única posibilidad de independencia es una habitación en un piso compartido.
Para conectar a quienes desean conseguir unos ingresos extra alquilando una habitación en su domicilio con quienes buscan privacidad asequible se ha creado una aplicación móvil, Badi, que ya se ha implantado en Mallorca, aunque la oferta se circunscribe por el momento a Palma.
Mapa con las viviendas.
La aplicación muestra en un mapa las viviendas en las que se alquila alguna habitación, con un detalle del piso, el precio y cuántas personas viven. Apenas hay oferta en el casco histórico de la ciudad y las habitaciones que se ofrecen están mayoritariamente fuera de las avenidas. Por ejemplo, la descripción de una habitación que se alquila por 400 euros al mes dice lo siguiente: «A compartir con una mamá y su hijo de 12 años, una semana no está el niño, y un bóxer de seis meses».
Hay habitaciones por 350 euros en Pere Garau y se especifica que están amuebladas y disponen de zona de trabajo. También hay otras por 570 euros en la zona de Porto Pí en la que se pide de forma expresa que no se aceptan parejas. La oferta más cara es una habitación por la que se piden 600 euros, pero la mayor parte de las viviendas se venden en un rango que va de los 400 a los 450 euros en el centro de Palma.
También se puede hacer a la inversa, es decir, si alguien está interesado en encontrar una habitación, puede apuntarse en la aplicación para tratar de que un propietario se ponga en contacto con él. Compartir piso es ahora, para muchas personas, la única opción para vivir, pero apenas hay alquileres en Palma que bajen de los 900 euros, un precio muy por encima de los 650 euros que suponen el 30 % del salario y que es lo que se recomienda no sobrepasar para mantener una economía equilibrada.
Estas dificultades para encontrar pisos de alquiler han provocado que cada vez sea más común que dos unidades familiares se vean obligadas a compartir piso, como es el ejemplo del anuncio de la madre que vive con su hijo de 12 años. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay más de 95.000 personas que viven en familia, pero que además se ven obligadas a compartir vivienda con otra persona ajena.