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El alto precio del alquiler obliga a miles de familias de Baleares a compartir vivienda

El INE calcula que hay 162.000 personas que viven en un solo piso aunque formen parte de dos o más núcleos familiares

Faltan viviendas y hay pisos vacíos. A la espera de que se actualicen este año los últimos datos del censo de viviendas que se hace cada 10 años, en Balears hay 70.000 pisos vacíos.    | G. ALOMAR

| Palma |

El imparable aumento del precio de los alquileres en las Islas y la imposibilidad de conseguir una vivienda a precios asequibles está haciendo que se produzca un fenómeno propio del siglo pasado: unas 160.000 personas de Balears se ven obligadas a compartir pisos en los que además viven otras familias. Son familias enteras compartiendo espacio con otras familias.

Son los datos que refleja la Encuesta Continua de Hogares, que realiza periódicamente el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las cifras son del año 2020, las últimas de las que se dispone, por lo que es muy probable que ahora sean aún altas más debido a que el mercado inmobiliario aún ha ido a peor y no ha parado de subir precios.

La cifra muestra, además, que este fenómeno ha ido aumentando de manera progresiva a imparable desde el año 2014. Ese año había unas 39.500 personas de distintos núcleos familiares obligados a compartir piso. Ahora la cifra se multiplica por cuatro

El drama de las familias

Los datos del INE ponen número al drama de miles de familias de la Comunitat que no pueden hacer frente a una vivienda en solitario por lo que no les queda más remedio que compartir espacio vital con otras familias. Entre esas cifras del INE hay familias enteras, con niños incluidos, que han tenido que volver a casa de los padres o de los suegros al no poder hacer frente a los gastos que implica tener un piso en solitario.

Sin embargo, en esa dramática fotografía estadística que deja la encuesta hecha por el INE, muy probablemente también figuran familias de inmigrantes llegados a Balears al calor de la intensa actividad económica relacionada con el turismo. Una vez en las Islas, se dan de bruces con la realidad de un mercado inmobiliario tan tensionado que les expulsa y les obliga a compartir vivienda.

Los alquileres

El precio del alquiler de la vivienda en Balears ha alcanzado su récord absoluto en las Islas, con una media de 14 euros por metro cuadrado y, por ahora, no hay visos de que se vaya a producir un descenso ni siquiera ante el anuncio de que la Ley de Vivienda que negocian PSOE y Podemos pueda fijar límites al precio del alquiler.

En Palma resulta imposible encontrar pisos por menos de 900 euros y el lujo de poder pagar un alquiler está suponiendo una transformación en la fisonomía de los hogares de las Islas. Eso hace, por ejemplo, que cada vez haya más personas que comparten piso o que haya familias que realquilan habitaciones para poder conseguir unos ingresos extras y hasta pagar el precio de la vivienda. La encuesta del INE también refleja esas nuevas realidades. Estima que hay más de 95.000 personas que viven en familia, pero que además se ven obligadas a compartir vivienda con una personas que no forman parte del núcleo familiar. Otra casuística que detalla el INE se refiere al número de personas de Balears que no forman ningún núcleo familiar. Hay cerca de 30.000 personas en esta situación, una cifra que se mantiene estable.

Los socios de Armengol redoblan la presión sobre el PSIB en este asunto

El problema de la vivienda amenaza con convertirse en un dolor de cabeza para la presidenta del Govern, Francina Armengol, en este último tramo de legislatura. Los socios de la presidenta, Podemos y Més, además de Més per Menorca, que da apoyo externo al Govern, han redoblado la presión sobre el PSIBen este asunto.

El de la vivienda puede ser el gran tema de la campaña electoral y los compañeros de viaje de Armengol han comenzado a pensar que puede ser bueno desmarcarse de las políticas que ha llevado a cabo el Govern. Podemos siempre ha sido muy crítico en esta materia, pero en las últimas semanas ha apretado el acelerador para exigir una modificación de la Ley de Vivienda de Balears que en su día fue pactada por los socios de izquierdas. Este movimiento unilateral guarda también relación con las tensiones que se están viviendo en Madrid entre Podemos y PSOE por el proyecto de ley de vivienda estatal.

El coordinador de Més, Lluís Apesteguia, ofreció hace unos días una rueda de prensa en la que destacó que las políticas de vivienda que se han puesto en marcha estos años no han funcionado ante la evidencia de que los precios siguen su tendencia alcista se haga lo que se haga. Més per Menorca, el último en sumarse a la presión sobre Francina Armengol, acaba de presentar una interpelación al Govern para que este asunto se aborde en el próximo periodo de sesiones, antes de que el Parlament se disuelva por la convocatoria de elecciones. Los socios creen que es el flanco débil de la presidenta antes de los próximos comicios.

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