La relación entre Baleares y el norte de África es ahora mucho más estrecha que hace tres años, cuando la Direcció General de Cooperació de la Conselleria d'Afers Socials dio un giro e impulsó una nueva estrategia para dejar de dar la espalda a países vecinos como Marruecos, Túnez y Argelia. «No tenía sentido que, compartiendo problemas como los efectos del cambio climático, estuviéramos tan separados pese a estar tan cerca», admite el Cap del Servei de Cooperació, Joan Fortuny Jariego. Durante este tiempo se han destinado más de 450.000 euros a actuaciones.
El Govern desarrolla una línea de acción para impulsar la conservación ambiental y la lucha contra el cambio climático en Marruecos y Túnez. Otra línea, centrada exclusivamente en este segundo país, financia proyectos sociales que favorezcan a las mujeres y a la juventud. Además de potenciar el fortalecimiento democrático del estado. Este año, la dirección general quiere extender la cooperación a Argelia. Alcanzar esta colaboración con oenegés locales y autoridades argelinas es importante porque, por ejemplo, muchos residuos de ese país que acaban en el mar llegan a las Islas, dice Fortuny. Asimismo, impulsar políticas sociales que permitan a los jóvenes dar opciones laborales para elegir si quieren o no emigrar es fundamental para evitar que arriesguen la vida cruzando en patera, apunta la técnica responsable del área mediterránea, Maria Estela Blanco.
«No tenía sentido que, compartiendo problemas, estuviéramos tan separados siendo vecinos». Joan Fortuny Jariego
En el caso de Túnez, la Conselleria ha financiado un proyecto de conservación de la posidonia, ya que en la costa de este país es donde más praderas hay de todo el Mediterráneo. Afers Socials incorporó a la Conselleria de Medi Ambient para impulsar la iniciativa, junto a pescadores locales. También se trabaja en recuperar cultivos tradicionales para reforzar la soberanía alimentaria. Medidas pioneras, como el decreto balear de posidonia, interesan al gobierno tunecino, que ha solicitado la traducción del documento.
En Túnez también se está potenciando la descentralización del estado, con motivo de una normativa que aprobó su parlamento. Para ello, se han financiado mecanismos de diálogo entre autoridades locales y la población para mejorar la gestión municipal. Además de crear un espacio dedicado a jóvenes para que puedan desarrollar actividades culturales, deportivas y asociativas con el objetivo de luchar contra cualquier radicalización vinculada a cualquier extremismo. En este mismo sentido se trabaja en Marruecos. El Govern fortalece las capacidades técnicas, administrativas y financieras de entidades locales que actúan en estos países para que puedas desarrollar planes de acción.