Los Reyes, Felipe VI y Letizia, inaugurarán esta tarde la Farmacia Llabrés, el establecimiento de estilo modernista y declarado Bien de Interés Cultural, que el menorquín Juan Ignacio Balada Llabrés dejó en herencia, en 2009, a los entonces Príncipes de Asturias y los nietos de los reyes eméritos. Un establecimiento que ha sido rehabilitado fielmente a como fue antaño, y del cual recibe la cesión de uso la Fundació de Persones amb Discapacitat de Menorca para convertirlo en su nueva seña de identidad, como medio de enlace entre la ciudadanía y el ente mancomunado y las personas con capacidades diferentes que le dan sentido.
Tras visitar por la mañana la Illa del Rei, los monarcas se desplazarán por la tarde a Ciutadella para visitar la renacida Farmacia Llabrés, la antigua botica que se convertirá, en palabras de la consellera insular de Bienestar Social, Bàrbara Torrent, en símbolo de la Fundació de Discapacitats. Eso es, un espacio «para dar visibilidad al colectivo de discapacitados y el trabajo que se hace en la Fundació» y en todos sus centros de atención, formación y de trabajo.
A la práctica, la Farmacia Llabrés debe ser una especie de punto de información acerca de los servicios y la labor que se realiza en pro de las personas con discapacidad. De hecho, allí se pueden ver ya distintos productos elaborados en los talleres, por ejemplo, del Centre Polivalent Carlos Mir.
Punto de información
Personal de la Fundació, con Joan Mascaró a la cabeza, se encargará de atender las visitas y de ofrecer información acerca, no solo de la entidad, sino de las trece asociaciones que la conforman y que trabajan para hacer mejor la vida de las personas con discapacidades.
El secretario del Patronat de la Fundació y presidente de la asociación Vidalba, José Giménez, admitía ayer que «es un gran placer y un honor recibir» para la entidad un inmueble que permitirá «mostrar todo el trabajo que se hace y dar visibilidad» a tantas personas. Será, en un lugar muy céntrico, lo que facilitará esta labor de difusión, para «conectar» con la sociedad en general.
Además, todo esto se hará en unas instalaciones llenas de historia y de gran valor cultural, patrimonial e histórico, que la Fundació Hesperia se ha encargado de rehabilitar con fondos de la herencia. En este sentido, en la recuperación también ha participado el Consell, aportando 80.000 euros.
La restauración del mobiliario y los distintos elementos de la farmacia ha ido a cargo de un equipo de tres personas, liderado por Antoni Camps Extremera. Fue él quien ayer se refirió, por un lado, a lo complejo que fue «reproducir» la antigua farmacia en un espacio más pequeño, al haber reforzado estructuras. Y por otro, habló de la variada labor realizada, tanto sobre madera, metales, tapices o «las antiguas vidrieras, que han sido lo más complicado a la hora de su restauración».