El Black Friday, el próximo día 25, se presenta como la gran oportunidad del sector del comercio balear para dar salida a toda la ropa de invierno que ha permanecido en escaparates y almacenes por culpa de las altas temperaturas de los últimos meses. No solo eso, también esperan que sirva para ahuyentar fantasmas de crisis y que el tirón dure lo suficiente para prolongar el periodo de consumo hasta la campaña navideña.
Así lo reconocieron los portavoces de las principales asociaciones de comerciantes de Balears, Afedeco y Pimeco. Antoni Gayà, presidente de la primera, señala que aunque las expectativas no son excesivamente halagüeñas, «es cierto que la bajada de las temperaturas nos ayudará a vender ropa de abrigo por la que hasta ahora la gente no se había interesado».
En similares términos se expresa, Antoni Fuster, presidente de Pimeco, quien señala que «hasta ahora el tiempo no había ayudado, pero ahora se podrá dar salida a todo el género y con suerte podremos enganchar esta campaña con la de Navidad».
No obstante, las patronales huyen de triunfalismos al matizar que las tendencias de consumo constatadas en los últimos meses no pueden abstraerse del contexto inflacionista. «A la gente le está costando un poco gastar», señala Gayà para añadir que, si bien la campaña de los bonos comerciales funcionó bien, sirvió también para confirmar que los consumidores «están aprovechando esas oportunidades no para darse caprichos, sino para cubrir necesidades».
Según el estudio de intención de gasto elaborado por el Observatorio Cetelem esta semana, el 44 % de los consumidores baleares prevé hacer alguna compra en el Black Friday, con un gasto medio previsto de 319 euros. De esta manera, el porcentaje de encuestados que prevé adquirir algún producto es dos puntos superior al registrado en 2021, mientras que el gasto medio previsto se ha incrementado un 51 %.
El observatorio también destaca que, más del 40 % utilizará exclusivamente el canal online. Los productos más demandados este año serán ropa, el calzado y complementos. En cambio, cae la intención de compra de dispositivos móviles y productos de videojuegos.