El transporte genera el 56 % de las emisiones de Mallorca y en contra de lo que muchos puedan pesar, los viajes en avión o en barco no lideran el ránking de estadísticas. El líder indiscutible es el transporte por carretera que desde el año 2018 emite más de 2 millones de toneladas de CO2 al año. La Estrategia Mallorca-2030 Medi Ambient, que el Consell de Mallorca encargó a un grupo de expertos y tiene en sus manos desde febrero de 2022, plantea reorientar las infraestructuras viarias desde el coche privado hacia el transporte público o con medios alternativos reservando carriles VAO exclusivos para el transporte público en las carreteras existentes.
Esta medida se llevaría a cabo sin aumentar el número de carriles que ya hay en las carreteras de la Isla lo que implicará una reducción real del número de carriles para el transporte privado, tal y como se ha hecho este mes con la puesta en marcha del primer carril VAO de la Isla entre Palma y el aeropuerto. La Estrategia Mallorca-2030 aborda el transporte interior de la Isla desde dos ejes básicos. De una parte, extender la red de transporte público y de otra limitar el uso del transporte privado. Pide reducir el volumen de rent a cars que circulan por la red viaria de Mallorca y reivindica también la implementación de medidas que provoquen una disminución del transporte aéreo y marítimo en Mallorca con políticas dirigidas a reducir la capacidad de carga de la Isla, teniendo en cuenta que los aeropuertos y puertos de interés general (el de Palma y Alcúdia) son competencia del Gobierno central.
Transporte por carretera
En materia de transporte interior el documento marco elaborado por una treintena de expertos aboga por concebir Mallorca como un sector de movilidad único que deje atrás la percepción dividida por municipios. «Eso implica que las frecuencias del transporte interurbano se han de multiplicar. Con una espera máxima de 15 minutos para los municipios de más de 20.000 habitantes y de 30 minutos para los municipios de menos de 20.000 habitantes.
La Estrategia Mallorca 2030-Medi Ambient planea extender la red ferroviaria acabando la proyectada línea del tren de Llevant y creando dos nuevas líneas Andratx-Calvià Palma y Palma-Llucmajor-Campos-Santanyí-Felanitx-Manacor. Propone además mejorar la interconexión entre municipios impulsando líneas transversales de autobuses que no hayan de pasar necesariamente por Palma. Mejorar la calidad del servicio de bus implica habilitar carriles preferentes para el transporte público más allá de Ciutat.
La reorientación de las infraestructuras viarias desde el coche privado hacia el transporte público o con medios alternativos pasa, no solo por reservar carriles VAO exclusivos para el transporte público en las carreteras existentes, sino también por realizar un inventario exhaustivo de las carreteras y caminos, para a partir de los datos reales trazar una red que comunique los diferentes núcleos de población y municipios reservando siempre una parte de esas vías para las bicicletas y otros medios de movilidad personal no contaminantes.
La Estrategia Mallorca 2030-Medi Ambient considera también prioritario reducir la flota del transporte individual turístico (rent a cars) y progresar en la peatonalización de las zonas de interior de los municipios creando aparcamientos disuasorios en la periferia bien conectados con los centros de los núcleos de población mediante el transporte público. Propone además establecer una red de caminos peatonales y de vías ciclistas (segregadas) entre todos los municipios y de manera prioritaria entre los núcleos urbanos y las infraestructuras de transporte público (por ejemplo entre Alaró y la estación del tren) y entre los núcleos urbanos y los grandes núcleos de trabajo (por ejemplo entre Esporles y la UIB o entre Bunyola y la UIB).
Transporte aéreo
Por lo que respecta al transporte aéreo la Estratègia 2030 apunta de una parte al impacto de los vuelos (que generan de media 88 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro de ruta según el estudio Co2 emissions from commercial aviation, de 2018), pero también al impacto indirecto de los mismos «durante la estancia de los turistas por todos los bienes que consumen, para proporcionarles energía, para tratar sus residuos…» Por eso considera «esencial» reducir la oferta turística existente en Mallorca aumentando su calidad mediante una reducción del número de plazas e incrementando la inspección y sanción de la oferta ilegal. Esta medida permitiría mitigar los efectos mientras se negocia, bien un traspaso de competencias desde el Gobierno central a la comunidad autónoma, o bien la adopción por parte de AENA de las medidas necesarias para reducir el número de vuelos y visitantes.
La sección de Transporte de la Estrategia 2030-Medi Ambient apuesta así por «paralizar cautelarmente todos los instrumentos de planificación de de transporte turístico y no permitir ni avalar ninguna ampliación de la operatividad de vuelos en el aeropuerto de Palma. «Es necesario reclamar de forma decidida la competencia en gestión de estas infraestructuras como principal puertas de entrada de turistas», dice.
Transporte marítimo
El abordaje del transporte marítimo preocupa también a los los expertos. «Es otro de los grandes sectores emisores de gases del efecto invernadero, pero que además contribuye de manera grave a la contaminación del aire a nivel local. Por eso se propone que de aquí a 2030 todas las embarcaciones que lleguen a los puertos de Mallorca sean de emisiones cero (con baterías, hidrógeno, solar, eólica, etc); reducir el número de embarcaciones privadas para reducir la presión y la degradación de las praderas de posidonia, que son los «principales viveros de carbono de las Islas Baleares y por tanto fundamentales para la lucha contra el cambio climático», dicen los expertos.
El documento aboga por el uso de embarcaciones solares en el transporte marítimo de las reservas y parques naturales por parte de los vigilantes de las reservas marinas y también del personal que se dedica a la vigilancia y control de fondeos. Planea una reducción de tasas a los amarres disponibles para embarcaciones neutras y ligar la capacidad de carga de los puertos a los indicadores y presiones ambientales (consumo de agua y energía y figuras de protección).
«Los puertos juegan un papel clave para llegar a la neutralidad climática y tendrían que ser centros modelo de la economía azul: digitalización de espacios, eficiencia energética, generadores de energía solar y eólica», dice la Estrategia Mallorca 2030-Medi Ambient. La clave pasa por aprobar un plan específico de ordenación del espacio marítimo que tenga en cuenta todas estas variables.