«Ha sido un desastre, nadie entendía nada de lo que estaba pasando. No había visto nada igual en mi vida», explica el mallorquín Ramón Crespí, uno de afectados por el caos de Eurowings en el aeropuerto de Palma que dejó este jueves por la tarde 'tirados' en el aeropuerto de Palma a cerca de 600 pasajeros.
Ramón, su mujer y sus dos hijos, uno de tres años y otra de tres meses, tenían un vuelo programado a Múnich desde Palma a las 15.00 horas del día de este pasado jueves. Una vez allí, harían conexión porque su destino final era Helsinki, ciudad donde viven. Lo que sucedió es que hasta cuatro vuelos de Eurowings, filial de Lufthansa, fueron reservados dos veces debido a un error en el sistema. Así, varios cientos de pasajeros se quedaron en tierra en Son Sant Joan.
Este mallorquín explica que al conocer la noticia, fueron colocados a un vuelo aleatorio. Les tocó Frankfurt y volaron con un jumbo de Condor. «Llegamos ayer por la noche y volvimos a hacer más cola. Fue un desastre y no nos dieron preferencia por tener dos niños menores. Al final, nos llevaron a un hotel», explica el mallorquín a 'Ultima Hora'.
«Eurowings lo sabían»
En mitad del caos en el aeropuerto de Frankfurt, Ramón Crespí asegura que habló con una trabajadora de la compañía y «me reconoció que esto ya lo preveían. Lo sabían desde el día antes. Lo que han hecho es un insulto al sentido común de todos nosotros». «¿Cómo es posible que una aerolínea como Eurowings, sabiendo que dejará en tierra a 600 pasajeros, no son capaces de avisarnos con tiempo?, se pregunta y no duda en tomar cartas en el asunto.
Este viernes, Ramón y su familia volvieron a primera hora al aeropuerto de Frankfurt para que les asignaran un nuevo vuelo con destino a Helsinki. Para su sorpresa, detalla que «al llegar para hacer el 'check-in' «tuvimos que hacer una cola tremenda». Nadie respetaba nada, lamenta, a pesar de que su caso era más delicado: dos menores y 100 kgs de maletas. Para más inri, «mientras hacíamos cola, nos robaron una de las cuatro maletas. Fui a la policía y amablemente me atendieron y puse una denuncia. Estoy muy enfadado con el aeropuerto de Frankfurt, el trato y todo ha sido muy, muy malo», relata. Tras más de 13 horas de retrasos y caos, este viernes por la mañana salieron hacia Helsinki. Ramón Crespí no duda: «pondré una reclamación a la compañía».