Cuando se piensa en matemáticas, a casi nadie que viva en Baleares le vienen a la mente las escaleras de caracol de la Llotja de Palma, el Castell de Bellver, las canteras de marès menorquín o una xeremia. La mayoría las relacionarán con operaciones y fórmulas; sin embargo, nada en el universo es ajeno a ellas, como decía el filósofo griego Pitágoras y trata de recordar ahora el matemático y profesor Josep Lluís Pol con la publicación de Patrimoni i cultura matemàtica a les Illes Balears (El Gall Editor). «Todo el mundo usa las matemáticas cada día porque nuestro cerebro está genéticamente hecho para ello, pero no todo se reduce a las que son académicas», explica el autor, que en 50 textos ilustrados desvela los secretos matemáticos del patrimonio balear.
En alguna ocasión, estos descubrimientos los hizo lejos de las Islas. Durante una visita guiada por la catedral de Sevilla, el que les mostraba el edificio le dijo, señalando una escalera de caracol, que era «de Mallorca». Así, o de caracol sagrerí, por el arquitecto felanitxer Guillem Sagrera, se conoce a las escaleras que prescinden del eje vertical central. La primera que se hizo de esta manera fue la de la Llotja de Palma, diseñada por Sagrera en la primera mitad del siglo XV. Dicha estructura ilustra la portada del libro, que cuenta con la firma de los fotógrafos Juan Antonio Díaz, Jaume Gual y Joan Roig.
Mirada matemática
La idea de divulgar su pasión está vinculada, como no puede ser de otra manera, a un número. En este caso al 29 de octubre de 2005, cuando asistió a la Jornada Inaugural de la Societat Balear de Matemàtiques (SBM-XEIX), de la cual sería presidente durante siete años. Ese día Claudi Alsina Català impartió la conferencia titulada El cultiu de la mirada matemàtica. De ahí surgiría una sección del blog de la mencionada sociedad, en el que Pol fue vertiendo reflexiones que tratan de «humanizar» las matemáticas, relacionándolas con lo coloquial.
El hecho de que la planta del Castell de Bellver sea circular implica que la superficie del patio de armas sea lo más grande posible. «Usando otra forma hubiera sido siempre más pequeño, es una optimización fantástica del espacio», comenta, y recuerda que este hecho ya era conocido en tiempo de Euclides, sobre el año 300 antes de Cristo. La torre de s'Estelella (Llucmajor) formaba parte del sistema costero defensivo ideado por Joan Binimelis en el siglo XVI. Desde cada atalaya se puede ver la siguiente, creando una estructura geométrica. El autor también recurre al saber popular para hablar de matemáticas.
«Es memorable la expresión d'en dos en dos no fan tira, para alguien con quien se discrepa. Su antónimo seria el principio geométrico que por dos puntos siempre pasa una recta. «Ironía popular euclidiana», dice Pol, que también dedica un espacio a las canteras de marès de Menorca. La forma para extraerlo más eficientemente era tallándolo en forma ortoédrica, como una caja de zapatos. Otro caso tratado es el de la escalera de figueralera o de cavall, como se conoce en Eivissa. Su estructura explica el Teorema de Tales. También se explica la historia y el funcionamiento matemático de las máquinas Engima (ilustración de la izquierda) que los franquistas compraron a los alemanes. Una de ellas está expuesta en el Castell Museu de Sant Carles. Estos son solamente un parell de ejemplos vistos con mirada una matemática.