Konstantin Zhigalov es el embajador de Kazajstán en España desde 2018. Este jueves asistió en Palma a la presentación del Consulado Honorario de Kazajstán en Balears, cargo que ejercerá el abogado Luis Juan de Sentmenat.
¿Qué relaciones mantienen Kazajstán y España, siendo dos países geográfica y culturalmente alejados? ¿Qué intercambios económicos y comerciales hay entre ambos?
— Precisamente, éste es un año especial. Se cumple el 30 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Tenemos 23 acuerdos diferentes, uno de ellos de carácter estratégico. Kazajstán es importante para España por su ubicación geopolítica en Asia central, entre dos gigantes como Rusia y China. En estos 30 años hemos mantenido numerosos contactos y se han realizado visitas oficiales mutuas. Existe una comisión económica y comercial, y un consejo empresarial. Kazajstán es el cuarto proveedor de petróleo a España y mi país es el tercer cliente de Airbus, con una gran presencia de producción en España.
¿Por qué un consulado honorario en Palma? ¿Qué funciones puede desarrollar?
— En la embajada damos mucha importancia a los contactos con las autonomías. Además de un cónsul de carrera diplomática en Barcelona, tenemos cónsules honorarios en València, Andalucía, Castilla-La Mancha y ahora en Balears. Las Islas son muy populares en Kazajstán. Es muy frecuente que turistas kazajos combinen visitas a Barcelona y Balears. Estamos interesados en desarrollar el turismo, pero las funciones del cónsul honorario deben ser más amplias y llegar a todos los sectores económicos y a las relaciones culturales.
¿Cómo vive Kazajstán el conflicto entre Rusia y Ucrania?
— Es un tema muy difícil para nosotros porque en Kazajstán viven muchos rusos y muchos ucranianos. Y tenemos relaciones económicas con los dos países. Observamos con especial preocupación estos dramáticos acontecimientos porque amenazan la seguridad regional e internacional. Hacemos un llamamiento a las dos partes para que impere la buena voluntad y cesen las hostilidades. En Kazajstán estamos preparados para mediar entre Rusia y Ucrania, pero depende de ellos.
¿Ve posible una mediación?
— Ahora es muy difícil. Al principio de la guerra hubo contactos entre ellos, pero hay que reconocer que, actualmente, una solución a corto plazo es complicada. En cualquier caso, como he apuntado, en Kazajstán estamos listos y dispuestos a ayudar en todo lo que sea necesario.
¿Se siente Kazajstán inseguro o amenazado de alguna manera por Rusia?
— La frontera del mundo más larga entre dos países es la de Rusia y Kazajstán. Son unos 7.500 kilómetros. Es una distancia mayor que la que hay que entre Madrid y Nueva Delhi, en la India. Y con China tenemos 1.700 kilómetros de frontera. Respecto a Rusia, tengo que decir que, con la desintegración de la URSS, fuimos el único país que pudo delimitar claramente sus fronteras con documentación reconocida por ambas partes. Eso es muy importante. El 20 % de la población de Kazajstán es de origen ruso. Yo mismo soy de origen ruso. Hay muchos matrimonios mixtos, pero todos se consideran ciudadanos de Kazajstán. Existe una lengua estatal, el kazajo, pero nuestra Constitución reconoce el derecho a usar el ruso en las instituciones oficiales.
Kazajstán es un país productor de petróleo, gas y uranio. ¿Cómo afrontará el futuro, en plena lucha contra el cambio climático y con una tendencia global a prescindir de los combustibles fósiles?
— El 10 % del petróleo de la Unión Europea procede de Kazajstán. Como conjunto, la Unión Europea es nuestro socio económico principal, más que Rusia, China o Estados Unidos. Somos el principal exportador de uranio de todo el mundo. Pese a estos datos, también queremos avanzar en energías renovables. Y las experiencias de España en este sentido son muy interesantes para nosotros, incluida la del hidrógeno verde.