Científicos de Baleares predicen incrementos de hasta un 13,2 % en la talla media de captura de la llampuga, en el rango de tallas que se suele comercializar en Baleares, en momentos de aumentos significativos en la temperatura superficial del mar u olas de calor. Investigadores del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), en colaboración con otros del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, Imedea (CSIC-UIB), han evaluado los efectos de la temperatura superficial del mar sobre el crecimiento de la llampuga (Coryphaena hippurus), una especie pelágica y migradora de gran interés para las flotas artesanales de países mediterráneos.
Han publicado en «Scientific Reports» un modelo que predice la talla que alcanzarán los peces en una fecha determinada bajo diferentes escenarios de temperatura y considerando otros parámetros biológicos importantes para la especie como la época de puesta, la mortalidad (natural y por pesca) o el fotoperiodo (horas de luz diaria), ha explicado el IEO en un comunicado. El modelo ha sido validado para la llampuga que es una especie altamente termófila, distribuida en mares tropicales y subtropicales alrededor del mundo, y que sostiene importantes pesquerías comerciales y recreativas. Comparando el régimen térmico actual con situaciones de aumentos significativos en la temperatura del mar u olas de calor, el modelo predice incrementos de hasta un 13,2% en la talla media de captura de la llampuga, en el rango de tallas que se suele comercializar en Baleares.
El modelo también se ha utilizado para analizar los efectos del aumento de temperatura previsto en las proyecciones de diferentes escenarios de cambio climático, dando como resultado incrementos de entre un 5 y un 13 % en la talla media de la especie. El estudio «Projected effects of ocean warming on an iconic pelagic fish and its fishery» indica que los efectos ambientales del cambio climático y eventos extremos como olas de calor pueden alterar la distribución de talla de las capturas de especies comerciales, como mínimo hasta su fase reproductiva. El primer autor del estudio, Vicenç Moltó, ha explicado que los resultados son «particularmente interesantes este año, en el que el Mediterráneo se ha visto afectado por sucesivas olas de calor desde el mes de mayo, y en el que se ha batido el récord de temperatura superficial del mar, superando los 30 °C».
En agosto comienza la pesca de la llampuga, una especie pelágica y migradora de gran interés para las flotas artesanales de países mediterráneos como Malta, Italia, Túnez o España, donde en Mallorca es la principal especie descargada en lonja en kilos. A partir del 25 de agosto, los pescadores están autorizados a fondear los denominados «capcers» o agregadores de peces (FAD en sus siglas en inglés) que servirán para concentrarlos y posteriormente pescarlos mediante el uso de un cerco de reducidas dimensiones. «Nuestro estudio señala que las condiciones ambientales que favorecen el crecimiento de la población de juveniles podrían afectar al rendimiento de la pesquería de la llampuga al tratarse de un recurso claramente estacional, que se pesca sólo entre agosto y diciembre, basado en peces inmaduros y con cupos de captura máxima autoimpuestos por los propios pescadores de alrededor de 150 kilos al día en Mallorca», concluye Moltó.